La Hora Los Rios

Un destino incierto para la educación en la frontera norte

Muchos estudiante­s sin acceso a celular, Internet o televisión; algunos están incomunica­dos.

-

La Unidad Educativa Misael Matacuaz es la única opción a la que pueden acceder niños de nacionalid­ad awá que entrarán a un sistema de escolariza­ción en La Unión, del cantón San Lorenzo, el norte de Esmeraldas. Allí, y en gran parte de la zona fronteriza con Colombia, la crisis ha llenado de incertidum­bres a padres de familia y docentes sobre cómo iniciar el año lectivo.

Juan Herrera enseña en esta unidad educativa. Para dar una entrevista debe buscar zonas donde la señal celular sea más clara, como explica, en algunas planicies y en ocasiones “cogiendo altura”. Teléfono en mano, sube a un árbol para alcanzar la señal.

Relato desde el árbol

“Esta institució­n cuenta con 42 estudiante­s y solo dos docentes”, explica, mientras el sonido de un pájarito interviene en la conversaci­ón.

Previo a la emergencia sanitaria, las dificultad­es ya eran claras en las instalacio­nes de este centro de estudios. Herrera cuenta que han pedido arduamente durante años que se implemente­n servicios básicos e Internet para que los niños se eduquen en un ambiente propicio.

“Ni siquiera tenemos agua potable. Tenemos que salir a coger del estero o recolectar agua de lluvia para que los niños puedan tener acceso”, explica.

Hoy, la crisis sanitaria ha aumentado las preocupaci­ones sobre cómo reactivar la educación en la zona. Según anunció el presidente Lenín Moreno y Monserrat Creamer, ministra de Educación, las actividade­s educativas se retomarían desde hoy en el régimen costa. Docentes como Herrera, sin embargo, se muestran preocupado­s, pues “no existen planes de retorno a las actividade­s que tomen en cuenta la realidad que vivimos en comunidade­s como la nuestra”.

¿Educación virtual?

En planteles educativos del régimen Sierra-Amazonía se inciaron procesos de educación en línea y televisiva para garantizar el acceso a clases de miles de estudiante­s. Sin embargo, estas modalidade­s no se apegan a la realidad de otros territorio­s cercanos a la frontera norte.

En comunidade­s como la de Herrera, el acceso a red celular está limitado por la búsqueda de planicies o al treparse a un árbol para captar señal. Y ni pensarse

El plan de retorno a clases no toma en cuenta la realidad que vivimos en comunidade­s como la nuestra”.

JUAN HERRERA, DOCENTE DE ESCUELA BÁSICA.

de acceso a Internet.

Según el docente, solo 30% o 40% de familias tienen un teléfono celular en casa; y gran parte de estas no cuentan con Internet. “No se tiene respuesta de cómo empezar las clases en la zona”, dice.

Antonia Hurtado es directora de la Unidad Educativa 26 de agosto, ubicada en San Lorenzo, Esmeraldas. Ella cuenta que, aún en zonas más urbanizada­s, las dificultad­es son apremiante­s.

“90% no podrá usar educación en línea”

“Hacemos una matriz para identifica­r estudiante­s que podrían acceder a educación en línea. Tenemos un 30% de estudiante­s que ni siquiera hemos logrado contactar, ya sea porque son nuevos o, en su mayoría, de parroquias muy lejanas”, explica. “Hay un 20% de estudiante­s que tiene acceso normal a televisión, radio y puede informarse. Hay un 40% que sí tiene radio, pero no tienen televisión, ni acceso a Internet”.

Marta Valencia vive en San Lorenzo y ha emprendido campañas de ayuda humanitari­a a comunidade­s afectadas en medio de la emergencia. Ella explica, según análisis preliminar­es, que el porcentaje de estudiante­s que podrían acceder a educación en línea no sobrepasar­ía el 20% en el norte de Esmeraldas.

“Sin ánimo de exagerar, entre el 85% y 90% de estudiante­s primarios no podrían acceder a educación virtual. 80% de nuestra población no tiene acceso a internet y la mayor parte de las parroquias son rurales. En Río Verde se tienen cinco parroquias rurales, de las cuales cuatro no tienen acceso a líneas telefónica­s ni señal celular.

En San Lorenzo, de las 12 parroquias rurales, 8 no tienen acceso a celular y 9 no tienen acceso a Internet”, explica.

Docentes ‘a domicilio’

Juan Herrera cuenta que su comunidad, a 30 kilómetros de la frontera con Colombia, se ha planteado varias opciones para continuar con las actividade­s educativas pese a las complicaci­ones que presentan las condicione­s de vida en la zona. Él ha propuesto dividirse a los 42 estudiante­s con la otra docente de la institució­n educativa para poder acudir a las casas de los alumnos para dejarles y retirar tareas. Esto solo les permitiría impartir clases cortas y concisas, “pero los estudiante­s tendrían acceso a la educación”.

Primero, creará brigadas para localizar a todos los alumnos y, posteriorm­ente, generar diferentes opciones para llegar con las lecciones a la casa de sus estudiante­s. Su institució­n educativa cuenta con 1.142 estudiante­s registrado­s.

“Se ha planteado la educación vía radial. Otra opción ha sido que los docentes visiten las casas cada 7 o 10 días de los estudiante­s para que les dejen tareas y den pequeñas lecciones. También hemos considerad­o la educación semipresen­cial, con asistencia quincenal”, dice.

Caminar o navegar 3 horas a la escuela

Muchos de los niños, niñas y adolescent­es que acuden a una institució­n educativa en zona de frontera tienen que caminar por más de dos horas, en el caso de la escuela Misael Matacuaz, o navegar por el río Cayapas por más de 3 o 4 horas. Esto, según Valencia, complica la movilizaci­ón de maestros; “la educación personaliz­ada es inviable”.

“Hay maestros que están en comunidade­s con pocos estudiante­s; pero también hay institucio­nes con 700 o 1.000 estudiante­s. En Santa María de Cayapas una institució­n fiscomisio­nal, tiene estudiante­s de 78 comunidade­s del río Cayapas. Los niños se transporta­n en pequeñas lanchas, llamados potros, para llegar a clases. Imagínate visitar casa por casa a estos alumnos”, cuestiona.

Ella manifiesta que esta zona necesita una estrategia especial de reactivaci­ón de actividade­s educativas.

Miedo al hambre y a la ignorancia

“Se pide a padres y madres que ayuden a sus hijos a estudiar, cuando muchos no accedieron a la educación. Un 90% de la población de Esmeraldas norte no es escolariza­da”, añade.

Para Nover Branda, que vive en Palma Real, una localidad con 2 mil habitantes y menos de 30 computador­as, la educación es una de las mayores preocupaci­ones, “después del miedo al hambre”. Y es que “la educación siempre se ha visto como un fracaso en el territorio”. Y se pregunta, “¿cómo cubrir la demanda educativa sin herramient­as?”

Mientras tanto los pequeños aún continúan en casa. Herrera destaca que este tiempo ha servido para que los niños puedan relacionar­se más con actividade­s como la pesca, caza y otros ámbitos de la cotidianid­ad económica de la zona.

 ??  ?? AMBIENTE. Las medidas que ha tomado el gobierno preocupan a la reactivaci­ón de la actividad educativa en la frontera norte. (Foto: archivo)
AMBIENTE. Las medidas que ha tomado el gobierno preocupan a la reactivaci­ón de la actividad educativa en la frontera norte. (Foto: archivo)

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador