Se encienden las alarmas por suicidios en Tungurahua
Los expertos aseguran que los intentos autolíticos estaban reprimidos.
En lo que va del año, según datos de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorción y Secuestros (Dinased) de la Policía, se registran 34 suicidios en Tungurahua solo en los últimos 30 días se dieron ocho muertes de esta naturaleza, lo cual enciende las alarmas.
Al inicio del confinamiento las cifras parecían detenerse, así desde mediados de marzo hasta el 21 de mayo solo se notificaron dos suicidios, por lo que se pensaba que el aislamiento y la cohesión familiar ayudarían para reducir las estadísticas.
Antecedentes
Desde 2013 las cifras de suicidios han ido creciendo en la provincia, de acuerdo a las cifras que maneja la Dinased en 2013 se quitaron la vida 37 personas, en 2014 fueron 32; desde 2015 las cifras se dispararon al doble, con 66 suicidas, mientras que en 2016 y 2017 fueron 60 casos.
Pero el pico más alto se registró en el 2018 donde alcanzó 73 muertes, mientras que 2019 se presentaron 67 personas que terminaron con su vida.
Según los registros de la Policía Nacional, las causas de los suicidios son por diversos problemas como sentimentales, económicos o por enfermedad.
Cambio de semáforo
Los dos últimos casos se dieron el jueves 18 y viernes 19 de junio. Se trató de un joven de 29 años y un niño de 10 años, respectivamente.
En el caso del adulto sus trabajadores lo encontraron en el baño de su sitio de labores, mientras que el menor de edad fue hallado por su madre.
Fernanda Navarrete, socióloga y parte del equipo de psicorehabilitación de la Universidad Central del Ecuador, manifestó que el tema del suicidio tiene que ser entendido de una forma sistémica, ya que las ideas autolíticas son una reacción natural a la crisis.
Según la experta, todas las personas tienen estas reacciones, sin embargo, en su gran mayoría suelen tener las herramientas para resolver y manejar esas reacciones acumuladas.
“Afectados ahora con la pandemia y lo que deja, es una respuesta natural y se incrementa al entrar en semáforo amarillo porque las preocupaciones agobian, es decir ahora ya tengo que salir de casa, pues ya se terminaron los tres meses de gracia para pagar las deudas, tengo que volver al círculo vicioso de trabajo, entre otros”, aseguró.
Análisis
Criterio similar es el que tiene Jorge Luis Escobar, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Psicólogos, quien aseguró que no es que en la cuarentena se redujo este problema, sino que al contrario se reprimió a través de la estrategia del miedo.
“Las capacidades autodestructivas estaban reprimidas y el malestar emocional continúa, es por ello que estas personas terminan suicidándose o a su vez dañando a la sociedad que le rodea”, aseguró al tiempo de comentar que la crisis social y económica también puede desatar niveles de delincuencia, consumo de drogas, entre otros problemas que no se prevé.
A decir del experto es importante generar procesos de atención eficaz a la salud emocional de la ciudadanía desde el mismo Estado a fin de revalorar el sentido de la vida. “Hacia allá tienen que hacerse sendas inversiones para una salud nacional, en prevención de salud emocional y psicológica”, concluyó.