La yumbada se rescata en las guaguas de pan
El acompañante de la colada morada muestra la creatividad en el mercado de Cotocollao.
Son cuerpitos de harina vestidos con crema pastelera de colores. Tienen brazos y piernas que les dan la apariencia de muñecos de más de 30 centímetros de longitud. Son guaguas de pan en el fondo, pero llevan la vestimenta de personajes milenarios y autóctonos: los yumbos.
Hace dos años, la idea se horneó en la casa de la familia Herrera. Sus tres integrantes son de Cotocollao, una de las parroquias en las que se mantiene la tradicional yumbada. Como muchos de sus vecinos, en junio, ellos también participan en las actividades y bailes de la fiesta ancestral.
A través del arte, Édgar Herrera y su hijo moldearon las guaguas para que a primera vista se notaran los camisones, los ponchos y las coronas de plumas que los acompañan. No olvidaron los detalles como las máscaras de malla que cubren las caras y los elementos sonoros, en este caso, representados con flores de ishpingo.
Uno de los cuatro ejemplares que exhibe la familia es el yumbo mate, que el artista Javier Herrera ha personificado los últimos años. Su característica principal es que lleva en el torso un conjunto de mates o recipientes de madera en los que se sirve la chicha. En el pan se represen
tan con bolitas de harina.
Trabajo en familia
A sus 68 años, Herrera mantiene viva la tradición panadera que inició décadas atrás y continúa pensando en nuevos productos. Su experiencia con la panadería que tuvo hace 20 años le ayudó a continuar con la preparación, ahora para el local de sánduches de su esposa en el mercado de Cotocollao.
Aunque todo el año pone mucho afán en la preparación del pan, octubre marca el inicio de algo distinto para el panadero, pues tiene que hacer las guaguas. En sus manos, toman forma los muñecos que acompañan a la colada morada y que también se conocen como pan de muerto, por la época del año en la que se venden.
En estos meses, Clemencia Herrera, esposa de Édgar Herrera, es la encargada de preparar la bebida tradicional. Su sazón cautivó este año a los jueces del tercer Festival de Colada Morada de los Mercados de Quito, por lo que participará como representante del mercado el 31 de octubre en el encuentro final.
En los centros de abastos, la colada morada y las guaguas de pan son cuestión de tradición. No son recetas que nacen recientes sino conocimientos que se transmiten. En el mercado de Cotocollao, Narcisa Morán ha preparado la bebida 18 de sus 52 años. Aprendió la receta de su abuelita y comenta que para que el sabor salga bien se necesita dedicación y práctica.