Sacerdote fue hallado muerto y maniatado dentro de su casa
El religioso estaba amarrado de pies y manos. La Policía descarta el robo como móvil.
Para la Policía es un verdadero misterio la muerte de un sacerdote hallado en su vivienda situada en las calles El Comercio y Últimas Noticias del barrio El Batán, al norte de Quito.
La alerta del deceso se dio cerca del mediodía de ayer. El sobrino del religioso fue el primero en encontrar el cadáver.
Él llegó de viaje y encontró solo silencio en el inmueble. Le pareció extraño que las puertas estuvieran sin seguro, pues su tío, con quien vivía, era muy cuidadoso y jamás dejaba el inmueble sin seguridades. Cuando inspeccionó la casa se topó con la imagen de su tío muerto y amarrado de pies y manos. Cuando se recuperó del ‘shock’ denunció el caso a las autoridades.
La Policía empezó a investigar el crimen. Agentes de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro (Dinased) hablaron con parientes del religioso para conocer detalles de su entorno y encontrar alguna pista sobre la causa del deceso.
El coronel Cristian Rueda, comandante del Distrito Eugenio Espejo, dijo que lo extraño del asunto es que tras la primera inspección que los peritos hicieron del cadáver, no se encontraron huellas visibles de violencia.
Aclaró que el resultado de la autopsia del Ley que se practicará a Arturo P. será clave para conocer científicamente qué fue lo que provocó su muerte.
Detalles
Rueda explicó que inicialmente se descarta que el deceso del sacerdote obedezca al robo de su vivienda.
Durante el levantamiento del cadáver la Policía encontró todas sus pertenencias. Además, no se identificaron forzaduras en las seguridades de las puertas.
El oficial dijo que según los primeros análisis practicados al cuerpo, la muerte se habría producido entre las últimas 24 o 48 horas.
Agentes de Criminalística tomaron huellas y levantaron indicios para encaminar la investigación policial.
Drama
Los deudos rompieron en llanto al llegar al inmueble del religioso y encontrar a la Policía. Una cinta amarilla que restringía el acceso confirmaba para ellos la trágica noticia. La desesperación y angustia se acentuó cuando los policías embarcaban el cadáver en la ambulancia de Medicina Legal.
Ningún pariente quiso comentar públicamente lo que piensan del deceso. Sin embargo, Carlos Rodríguez, conocido del religioso, comentó que el finado vivía cerca de siete meses en la residencia donde se lo halló muerto. (FLC)