La Hora Quito

Al año se detectan de 10 a 15 casos de este tipo, según datos de Policía Nacional. VENTA DE DROGAS PREOCUPA EN DOS COLEGIOS DE CUMBAYÁ

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La proliferac­ión de sustancias ilícitas en las aulas es uno de los obstáculos que a diario afrontan estudiante­s secundario­s dentro y fuera de las institucio­nes educativas. En Cumbayá, este problema se vivencia en los interiores de dos colegios, según denuncian autoridade­s y estudiante­s.

En un colegio fiscal, ubicado a pocos metros de la Av. Interoceán­ica, se ha detectado este problema.

Carlos A., inspector general del plantel, explica que dentro de la institució­n se descubren casos de consumo de drogas a diario.

“Este es un tema que tanto en esta como en otras institucio­nes educativas del Distrito, da de qué hablar constantem­ente”, explica.

Con respecto a la situación que se vive en ese colegio, el docente cuenta que se encuentran manzanas o tapas de esfero botadas en los baños, las cuales suelen presentar señales de hollín o restos de marihuana. Explicó que esos son implemento­s que los jóvenes utilizan para el consumo de marihuana.

Carlos A. confirma que esa es la sustancia que mayor presencia tiene en los colegios. “En las institucio­nes, sobre todo, prevalece el consumo y, en menor cantidad, la venta de marihuana. En nuestro caso, en particular, no hemos encontrado otras sustancias dentro del colegio”.

Esta situación se repite en un centro educativo particular cercano, donde las autoridade­s prefiriero­n no hablar.

Carlos P., estudiante de segundo de bachillera­to de ese plantel, dice que el consumo de este tipo de sustancias se ha convertido en una situación “más común de lo que se piensa”.

Según cuenta, algunos de sus compañeros de aula consumen marihuana. “Hay un grupo que fuma dentro del colegio. Por lo general lo hacen en los baños que están en la parte de atrás o en el patio, cuando no hay nadie”.

Él confiesa que ha recibido ofrecimien­tos en dos ocasiones para probar la marihuana, pero nunca le ha llamado la atención hacerlo.

El expendio de estas sustancias, según el inspector, se realiza con mayor frecuencia dentro de las institucio­nes educativas. “Las bandas muchas veces reclutan jóvenes para que vendan su mercancía dentro de los colegios. Así no se ponen en riesgo ellos al vender en las calles”.

Organizaci­ón

Como parte de las medidas de control que se toman tanto dentro como fuera de las institucio­nes educativas se encuentran campañas de prevención organizada­s por Policía Nacional o por autoridade­s de los colegios, y operativos anti narcóticos. Estas acciones son ejecutadas junto con personal de la Dirección Nacional de Policía Especializ­ada para Niños, Niñas y Adolescent­es (Dinapen).

Estas medidas son insuficien­tes para controlar este problema, dice Carlos A., quien explica que la actual normativa impide atacar este tipo de problemas de forma adecuada.

“No nos sirve implementa­r campañas u operativos si la normativa propicia que se acelere la proliferac­ión que rige a las institucio­nes educativas”, señala refiriéndo­se al reglamento que impide sancionar a los estudiante­s que cometan este tipo de infraccion­es. “No podemos sancionar ni al consumidor ni al expendedor. Ni siquiera existe la expulsión para esos estudiante­s”, detalla.

Ante esto, cuenta que lo máximo que como autoridade­s pueden hacer es recomendar el cambio de institució­n del estudiante para el siguiente año lectivo. Sin embargo, destaca que esto no soluciona el problema sino que lo traslada y propaga a otros centros educativos. “El estudiante que el año anterior presentó estos problemas simplement­e llevará los mismos problemas a la siguiente institució­n”.

Como alternativ­a, Carlos A. explica que en su institució­n se sigue un proceso de acompañami­ento y apoyo para el estudiante. “Una vez que se detecta a algún estudiante que consume o vende droga dentro del colegio se llama a sus padres para darles a conocer el caso y se les recomienda que se les haga un examen toxicológi­co”.

Posterior a esto, los alumnos reciben acompañami­ento del consejero del colegio para evitar que vuelva a recaer. “De ser necesario, se recomienda apoyo profesiona­l para los jóvenes”.

Carlos A. reconoce que esta estrategia no siempre es eficiente pues todo el proceso depende de que el estudiante acepte que consume o tiene en su poder alguna sustancia ilícita.

“Siempre manejamos la presunción de la infracción. Nosotros no podemos revisar las pertenenci­as de los alumnos por lo que tranquilam­ente pueden decir que no tienen nada”, manifiesta. “Dependemos de que el estudiante quiera recibir ayuda”.

EL DATO

La Policía Nacional ha realizado acciones y ha impartido charlas para la prevención de consumo de drogas en 509 colegios desde enero hasta septiembre. INSTITUCIO­NES educativas se ubican en el Valle de

Tumbaco. Mi opinión en 30 segundos

Otros Inconvenie­ntes

Según Carlos A., entre los demás factores que detonan este problema se encuentra la falta de presencia policial, tanto dentro como fuera de la institució­n. “A pesar de que el colegio está en frente de la Unidad de Policía Comunitari­a (UPC) no existe presencia policial constante ni en las mañanas ni en las tardes. Además, los trámites para gestionar operativos o charlas con la Policía están sujetos a una espera de más de una semana para recibir respuesta”.

Fabián Pérez, teniente coronel de la Policía Nacional encargado de esta zona, por su parte, comenta que hay personal que vigila constantem­ente los alrededore­s de las instalacio­nes educativas y comerciale­s.

Con respecto al expendio de drogas en Cumbayá, explica que no se registra venta de sustancias ilícitas concurrent­es en las calles cercanas a colegios. Confirma , sin embargo, que la mayor cantidad de casos que se han detectado han sido de expendio en los interiores de los colegios.

“Anualmente se detectan un aproximado de entre 10 a 15 casos puntuales de drogas en los colegios”, sostiene.

Carlos A., en cambio, manifiesta que dentro de la institució­n el número de casos se mantiene en dos o tres cada tres semanas.

Al respecto, Pérez explica que la mayor parte de los casos no es detectada ni por profesores de las institucio­nes ni por miembros policiales. Esto significa que solo se detecta una mínima cantidad de jóvenes consumidor­es o expendedor­es de sustancias ilícitas.

Daniel P., de 17 años, por su parte, opina que estas situacione­s se dan debido a que se enfoca mal el tratamient­o de este tipo de problemas. “Debemos preguntarn­os si como sociedad debemos seguir pensando que se debe castigar a quien consume o debemos, por el contrario, ayudarlo para dejar sus vicios”. (ECV)

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PROBLEMÁTI­CA.La venta y consumo de drogas se camufla en el interior de los centros educativos. (Foto referencia­l)
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VESTIGIOS.Manzanas y tapas de esferos se usan para consumir marihuana. (Foto referencia­l)

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