La fauna urbana no ha disminuido pese a Ordenanza
En 2011 fue aprobada la Ordenanza Municipal número 48, sobre la Tenencia, Protección y Control de la Fauna Urbana en Quito. Sin embargo, Jaime Grijalva, veterinario especialista en refugios y conservación, explica que el panorama no ha mejorado.
El experto comenta que el mayor problema en la ciudad son los perros vagabundos, es decir, perros que tienen dueño, pero a los que se les permite salir, sin correa ni collar identificativo. Esto aumenta la posibilidad de perros callejeros, ya que muchos se pierden y no retornan a casa.
En Quito se han realizado dos estudios poblac ion al es sobre perros. El primero en 2013, hecho por Grijalva, en el que se detectó un perro callejero por cada 58 personas, el segundo, lo hizo la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), en el que se determinó que hay 1 perro por cada 22 personas. Sin embargo, no se detalla que sean de la calle.
Incumplimiento
Grijalva explica que el problema radica en el incumplimiento de tres puntos establecidos en la Ordenanza.
El primero es el de fomentar la tenencia responsable. Según el experto, los abandonos son recurrentes, porque existe desconocimiento sobre los recursos necesarios para tener una mascota: tiempo, dinero y espacio. No hay una campaña que visibilice este tema y busque crear conciencia en la población.
El segundo es el de atrapar, esterilizar y retornar. El médico veterinario comenta que los establecimientos de gestión cumplen únicamente con los procesos de esterilización, pero que, aún así, no se ha llegado al 12% que es el mínimo de esterilizaciones que debería existir.
El tercer punto es que el ente gestor de estas actividades no trata el problema de fauna urbana desde las políticas públicas.
Cambios
Al vivir épocas electorales, Grijalva señala que varios de los candidatos ofrecen cosas que están dentro de la Ordenanza 58, pero que no se cumplen.
Por su parte, Ismael Donoso, animalista, detalla que se debería tratar el tema de criaderos de perros que, dentro de la Ordenanza es legal. “Estas políticas no permiten que la adopción se promueva”, comenta. (AVV)