QUE J ACTÚE LA USTICIA

Parecería inaudito que en menos de dos meses de pandemia se den tantas denuncias de corrupción en el país. Nada parece detener a quienes intentan aprovecharse de las ya raquíticas arcas fiscales. Y, seguramente, habrá mucho más ‘bajo la alfombra’. Bolsas para cadáveres, mascarillas y guantes quirúrgicos, alimentos de primera necesidad, toda transacción parece ser terreno fértil para los ‘vivos’.

Ante posibles actos de corrupción, especialmente cuando hay miles de vidas de por medio, el rol de la prensa independiente es fundamental. El periodismo se convierte en la tribuna en la que se exhiben los hechos, se contrastan versiones y se alimenta el debate. El rol de investigar, determinar responsables y castigar a los culpables, sin embargo, es de la Fiscalía y la Justicia.

Esta semana, en una conferencia organizada por la UNESCO y la Asociación de Radiodifusión del Caribe, se advertía sobre el efecto polarizante que tiene ‘la verdad’, especialmente en tiempos de graves crisis, como la que vivimos hoy.

En ese sentido, resulta vital evitar caer en una ‘cacería de brujas’ que en ciertos casos puede estar fácilmente motivada por la contienda electoral que está a la vuelta de la esquina.

En denuncias de corrupción, mal uso de fondos públicos, tráfico de influencias y vil robo de las arcas estatales, recordemos que siempre hay varios responsables: no sólo el que paga, sino el que vende, el que supervisa, el que facilita y, en muchos casos, el que mira para el otro lado. La Justicia debe cumplir con su deber de sancionar a todos los implicados, pero también determinar quienes no lo son.