La Costa ya siente cómo crece la brecha educativa
Madres de familia pasan angustias porque sus hijos no pueden estudiar a falta de recursos. Ahora, en la Costa.
Tengo tres hijas y dos nietos, ellos no han realizado las clases virtuales porque no tenemos cómo hacerlo”.
MARÍA QUIÑONEZ
QUEVEDO • Pensar en Internet para María Quiñonez Cevallos es una utopía. Ella vive con cinco menores de edad en una casa unifamiliar ubicada en la cooperativa 20 de Febrero, de la parroquia Venus del Río en Quevedo, provincia de Los Ríos.
La realidad escolar para ellos es diferente en esta pandemia, ya que no tienen recursos para comprar herramientas tecnológicas ni un televisor para seguir las clases no presenciales. “Tengo tres hijas y dos nietos, ellos no han realizado las clases virtuales porque no tenemos cómo hacerlo. Mis dos niñas, que están en el colegio, no han ingresado aún y están preocupadas”, contó la madre de familia.
La situación se agrava en este hogar de 17 miembros, debido a que sólo una persona trabaja y, no todos tienen una formación académica o experiencia previa con la tecnología.
Quiñonez asegura que en gran parte del barrio, la historia se repite, existen niños de bajos recursos que se han visto perjudicados con esta nueva modalidad. “Por mi sector hay demasiados niños. En otra parte, una de mis hijas tiene cuatro sin estudiar y, atrás hay como 10 u 11 personas que tampoco están estudiando, la mayoría son menores que van a la escuela”.
Para Karina Mendoza, otra madre de familia, llevar a su hijo de 7 años a la escuela era mucho más fácil, pero la pandemia ha cambiado esa realidad y ahora tiene que esperar a que todo se normalice para que su pequeño retorne al estudio.
“No tengo Internet, no tengo teléfono y, por la crisis que estamos pasando, no he podido conseguir uno y posiblemente no estudie este año”, relató la mujer.
En la mayoría de los casos poco se conoce que existe la teleeducación, a través del programa ‘A-prender la tele’, por la misma limitante de no tener acceso a la información. Sin embargo, varias familias han reclamado que el programa educativo no esté anexado con las fichas pedagógicas que entrega el Ministerio de Educación.
Sólo por WhatsApp
En un escenario distinto, muchos padres de familia han tenido que comprar un teléfono para poder comunicarse con los maestros mediante WhatsApp, comprando recargas sólo para recibir tareas.
Esto le pasa a Johanna Zambrano que ha visto esta plataforma como un ‘salvavidas’, al igual que muchos docentes, al intentar contactarse con los estudiantes menos pudientes. “Con esta nueva modalidad, uno como madre no entiende, se hace ‘lío’, no se puede abrir esa página, es un caos”, relató angustiada Zambrano.
Por lo que solicita la atención de las autoridades de Educación para colocar un ‘Internet comunitario’, ya que, a decir de ella, son varios niños y jóvenes que no han empezado a estudiar en la cooperativa 20 de Febrero.
Se prestan el ‘Wifi’
Janeth Suárez, representante del sector Baldramina Alta, ubicado en la parroquia San Camilo, cuenta el caso de sus dos sobrinas, a quienes ha tenido que prestarles el Internet para que puedan estudiar.
No es el único caso. Ella reveló que, tanto niños, jóvenes y universitarios del sector, se han visto en la obligación de visitar las casas de sus vecinos para conseguir ‘wifi’.
Esta situación se agrava debido a que la conectividad se hace mucho más lenta por que el sector está en una zona donde no llega la señal tan fácilmente. “Ahora los estudios son con base en Internet. Hay madres que a veces no sabemos qué hacer, sinceramente… es sumamente difícil especialmente cuando son niños pequeños. Sería bueno que el Alcalde (John Salcedo) nos apoyara”, exhortó.
María Murillo pasa todo un ‘viacrucis’ para que sus dos hijos de primaria y secundaria puedan estudiar. Recorre la sala, patio, cocina y dormitorios para conseguir señal en una antena que colocó hace menos de cuatro meses. “Sumamente difícil, no se puede conectar y cuando lo hace, pocas cosas se le entiende a la maestra, a veces ella tiene que estar mandando audios, igual demora la descarga, yo estaba incluso pensando en mudarme a otro lugar para que ellos puedan estudiar”, comentó la madre de familia.
El problema con la conectividad se refleja en todo el sector, donde niños y jóvenes han tenido que ponerle un ‘stand by’ a sus estudios debido a la pandemia por el Covid-19.
Según el Distrito de Educación Quevedo -Mocache, 65.700 mil estudiantes están registrados para este año escolar en el sistema público, pero aún no se tiene una cifra oficial de quiénes tienen posibilidades de acceder al estudio virtual.