NIÑEZ TRUNCADA
Desde 2014, Ecuador duplicó la cifra de niños, niñas y adolescentes que trabajan. Con la pandemia, preocupa la deserción escolar. Hoy es el Día Mundial contra el Trabajo Infantil; las cifras son poco alentadoras, pero hay salidas.
En Ecuador, cuatro de cada 10 familias viven en condición de pobreza y generan ingresos a través de actividades informales; entre quedarse en casa y salir a generar ingresos, van a optar por separar a sus hijos del sector educativo y los pondrán a trabajar”,
VERÓNICA LEGARDA,
COORDINADORA NACIONAL DE ABOGACÍA EN ALDEAS INFANTILES SOS ECUADOR
Hoy se conmemora el día internacional de la lucha contra el trabajo infantil y las cifras son poco alentadoras.
Verónica Legarda, coordinadora nacional de abogacía en Aldeas Infantiles SOS Ecuador, señala que en el país 375,000 niños, niñas y adolescentes trabajan pese a que la Constitución prohíbe esta actividad “peligrosa y nociva que perpetúa la pobreza e implica en los niños un obstáculo para su aprendizaje”.
El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) indica que de los menores que trabajan el 62.8% son hombres y el 37.2% mujeres.
Esta realidad no ha logrado ser erradicada, incluso en 2018, se duplicó (pasó de 99,500 a 201,634 en cuatro años) por lo que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha alertado que, debido a la crisis causada por el Coronavirus, el trabajo infantil en Latinoamérica aumentará.
La mayoría tiene entre 5 y 14 años
El Consejo de Protección de Derechos de Quito publicó, a mediados de mayo de 2020, un estudio sobre esta actividad en la capital.
El documento señala que el 71% de los niños que trabaja tiene entre 5 y 14 años y el 29% restante tiene entre 15 y 17. Las calles, los locales comerciales, construcciones o fincas son los principales espacios donde los menores trabajan.
“El trabajo infantil es parte de las estrategias de sobrevivencia de las propias familias”, dice Legarda y explica que este es un problema estructural donde hace falta implementar políticas públicas que no solo garanticen la generación de empleo sino la seguridad social, salud y educación.
María Paula Martínez, directora de Save The Children Colombia, indicó a EFE que son adultos mayores o población en riesgo de contagio los proveedores de los hogares y que las medidas de aislamiento han disminuido la posibilidad de manutención de los hogares por lo que “serán los más jóvenes de la casa quienes deban asumir esa carga".
Aumentará la deserción
La falta de acceso a Internet y el cierre de escuelas ha afectado a más de 1300 millones de estudiantes en todo el mundo. En Ecuador esta realidad la viven aproximadamente 4,6 millones de niños, niñas y adolescentes que han tenido que acoplarse a los métodos virtuales de estudio, que no llegan a todos de la misma manera.
"Dentro de este contexto, los niños, niñas y adolescentes se enfrentan al desafío de continuar aprendiendo. En el país solo el 37 % de los hogares tiene acceso a Internet, lo que significa que seis de cada 10 niños no pueden continuar sus estudios a través de plataformas digitales. La situación es más grave para los niños de zonas rurales donde solo el 16% de los hogares tiene internet", detalla Aldeas SOS.
Esto va a tener un impacto en el rendimiento y deserción escolar. “Aquí el Estado lo que tiene que hacer es diversificar las opciones de educación virtual (…) los maestros y maestras, sobre todo, en las áreas rurales deberían hacer un seguimiento individualizado”, agrega la experta.
Niñas, al trabajo doméstico
Ana Ledesma, socióloga, indica que no solo la falta de empleo formal obliga a los menores a trabajar. “El trabajo doméstico impacta en mayor medida a las niñas y tiene que ver más con patrones culturales”.
Ledesma explica que muchos padres han transformado el concepto de “ayudar en el hogar” , cayendo en una práctica que “reproduce los estereotipos que se les asigna a las niñas y a las mujeres, disminuyendo el ejercicio de sus derechos, al tiempo libre y de ocio”.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), \evidencia que las mujeres entre 12 y 17 años invirtieron entre el 25 y el 45% de su tiempo en labores del hogar. Por su parte, los hombres dedicaron apenas el 15% a estas actividades.
Aldeas SOS ha determinado que al menos 13.000 niños a nivel nacional no estudian debido a estos factores.
Impacto en el sector rural
En 2019, el INEC reveló que el 66,8% del trabajo infantil se propicia en zonas rurales y el 33,2% en zonas urbanas.
Unicef agrega que las provincias donde más se detecta esta práctica son: Chimborazo, Napo, Cotopaxi, Orellana, Morona Santiago y Pastaza. “La mitad de sus niños, niñas y adolescentes trabaja”, indica la institución.
El MIES indica que “previene el trabajo infantil a través de la entrega de transferencias no contributivas a hogares con hijos menores de edad, esta transferencia es más conocida como el bono de desarrollo humano”. Con esya estrategia, afirma la institución, en 2019 llegó a 285.095 niñas, niños y adolescentes de 111.527 familias.
El Consejo de Protección de Derechos recomienda a las autoridades repensar las políticas públicas y volverlas integrales para así erradicar el trabajo infantil aunque las estimaciones de su estudio señalan que no sería posible hasta, al menos el 2028.