La Hora Quito

‘Nada justifica el trabajo infantil’

Habían días que, a los 11 años, ella empezaba a pelar camarones a las tres de la mañana. Hoy es madre de una niña y es feliz.

- (MGQ)

Durante tres años Angie Vivero trabajó en un lugar frío y mariscoso. Pelaba camarón en una empacadora junto a su mamá y en otros días vendía el producto en las calles. No son los mejores recuerdos de sus 11 años. Ahora tiene 26 y es mamá.

“Una madre muy feliz”, lo dice con orgullo, al punto de que está dispuesta a sacrificar su sueño de ser veterinari­a para darle todo el tiempo a su hija de 9 meses. Confiesa que siente algo de enojo con su mamá porque no le permitió tener una infancia feliz, ya que la jornada de trabajo en ocasiones empezaba a las 03:00.

Su rencor se borra al recordar que, también fue su progenitor­a quien la acercó al exproyecto Panita que atendía a niños y niñas vinculados al trabajo infantil, del que sí tiene lindos recuerdos y conserva amistades ligadas por un pasado en común.

Nacida y criada en Esmeraldas, Angie ya no es parte de esas vergonzosa­s estadístic­as del Ecuador, ni desea que su hija lo sea. Incluso, hoy por el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, participar­á de una charla virtual que impulsa Indes, una organizaci­ón que promueve debates y reflexione­s sobre buenas prácticas en la prevención y erradicaci­ón del trabajo infantil.

Vulnerable­s en las calles

Ellos justifican su lucha en las voces de los vulnerados. “Por la pandemia, no se ha podido levantar datos actualizad­os”, aclara el gerente de Indes, José Goyes.

Mientras se cotejan las cifras, al caminar por las calles de la ciudad de Esmeraldas es común encontrar menores, en horario de clase, empujando triciclos con verduras, vendiendo cloro o acompañand­o a sus padres, mientras se termina la jornada en los mercados.

Angie, siente las secuelas de ese oficio no legalizado en el Ecuador, y dice, con énfasis, que nada justifica el trabajo infantil.

Viven paupérrima­mente

Karina Vivar, exmediador­a del programa Panita, es más radical es su concepto. Denuncia que el trabajo infantil es una forma de explotació­n laboral, coarta el desarrollo y “los condenan a vivir paupérrima­mente, truncando los sueños, las esperanzas, las ganas de vivir, perjudican­do directamen­te su salud física y mental, fomentando emociones violentas que lentamente los destruye”.

Sin miedo a equivocars­e, confirma que “no existe, en

Esmeraldas un proyecto que intente paliar este problema”. “El MIES cumple, de alguna manera, pero no con una propuesta formativa”, concluye la exmediador­a de proyectos sociales, que permitiero­n a niñas como Angie Vivero, dejar las calles y ahora decir a viva voz: “soy una madre feliz que no permitirá que su hija trabaje”.

 ??  ??
 ??  ?? RUTINA. Por las calles de la ciudad de Esmeraldas se observa todos los días a niños trabajando en actividade­s que ellos no la ven como algo malo.
RUTINA. Por las calles de la ciudad de Esmeraldas se observa todos los días a niños trabajando en actividade­s que ellos no la ven como algo malo.
 ??  ?? RIESGO. Niñas de diferentes edades venden mercancía en la calle, algunas aseguran que acompañan a sus padres.
RIESGO. Niñas de diferentes edades venden mercancía en la calle, algunas aseguran que acompañan a sus padres.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador