Saab, a juicio por lavado de activos.
BOGOTÁ, EFE • La Fiscalía colombiana llamó a juicio al empresario Álex Saab -acusado de ser testaferro del presidente de Venezuela, Nicolás Maduropor lavado de activos, delito por el que fue capturado el pasado viernes en Cabo Verde en respuesta a una petición de Estados Unidos.
El organismo anunció que seguirá con los procesos penales y las investigaciones que tiene contra Saab, aunque él no se encuentre en el país.
"La Fiscalía continúa con las acciones tanto de extinción de derecho de dominio como de las investigaciones en etapa de indagación. Para nosotros la actividad judicial continuaría a pesar de que él no se encuentre en territorio colombiano", explicó la vicefiscal colombiana, Martha Mancera.
Según el ente investigador, en 2016 y a través de la empresa Promotora Dubera SAS, Saab y otras cuatro personas cometieron varias actividades irregulares vinculadas a los delitos de lavado de activos, enriquecimiento ilícito, exportaciones e importaciones ficticias y estafa agravada.
"Esta persona continuará vinculada dentro del juicio que se le va a adelantar ante el juez especializado de Barranquilla", detalló Mancera, quien aseguró que la audiencia de acusación contra Saab, programada para marzo de este año, no se pudo hacer por la pandemia del coronavirus.
Bienes expropiados
El anuncio de la detención de Saab, quien ayer fue trasladado a una cárcel para narcotraficantes, según El Tiempo, se produjo después de que el pasado 9 de junio la Fiscalía colombiana impusiera medidas cautelares con fines de extinción de dominio (expropiación) a siete inmuebles que harían parte del patrimonio ilícito que constituyó el empresario a través de operaciones financieras irregulares.
De acuerdo con la Fiscalía, esos bienes tienen un valor 9,7 millones de dólares, aproximadamente, y están en Barranquilla.
Una manifestación de personal sanitario en París, para reivindicar más medios para los hospitales públicos y el sistema de salud, degeneró por la intervención de grupos extremistas que se enfrentaron con las fuerzas del orden. La marcha congregó a miles de personas ante el Ministerio de Sanidad con pancartas en las que se podían leer mensajes como “Hospital asfixiado” o “No puedo respirar”, en solidaridad también con las protestas de las últimas semanas contra el racismo. Pero, individuos encapuchados lanzaron diversos tipos de objetos contra la policía en la explanada de los Inválidos cuando buena parte de los manifestantes se habían dispersado.
WASHINGTON, EFE • El presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó ayer un decreto que busca proporcionar incentivos financieros a aquellos departamentos de Policía que mejoren su formación y estándares sobre el uso de la fuerza, una reforma mucho más modesta de lo que piden los activistas en las protestas.
"Estos estándares (para el comportamiento de los policías) serán tan altos y fuertes como sea posible en la Tierra", dijo Trump a la prensa poco antes de firmar la orden ejecutiva en la Casa Blanca.
Los departamentos de Policía que quieran recibir esos fondos federales deberán pasar por un proceso de certificación en el que se comprometerán, entre otras cosas, a "prohibir" la práctica de agarrar del cuello para dificultar la respiración a los detenidos "excepto si la vida de un agente está en riesgo".
Esa maniobra mató en mayo al afroamericano George Floyd en Mineápolis (Minesota), donde un policía le presionó el cuello con su rodilla durante casi nueve minutos, un incidente captado en vídeo que desató una ola de protestas en Estados Unidos y otros países.
A falta de que la Casa Blanca publique el texto del decreto, el impacto de la medida de Trump parece limitado, ya que no puede obligar a los departamentos de Policía a comprometerse con esas buenas prácticas, aunque el mandatario se comprometió a trabajar con el Congreso para impulsar reformas más ambiciosas.
Prácticas para mejorar
Trump habló a la prensa después de reunirse en privado con los familiares de una decena de afroamericanos que murieron en incidentes racistas y en muchos casos a manos de policías, aunque al encuentro no asistieron los allegados de Floyd.
El Presidente aseguró que se había "comprometido" con esas familias a trabajar para evitar que esos casos sigan repitiéndose, pero ninguno de esos familiares le acompañó en el acto, al que sí asistieron numerosos representantes de agencias del orden y sindicatos policiales.
Trump insistió en que solo "un porcentaje diminuto" de los policías cometen actos brutales o racistas y aseguró que la gran mayoría de los estadounidenses, "aunque no lo sepan", están de acuerdo con su lema electoral de "ley y orden".
El Mandatario dejó claro de nuevo que se opone "rotundamente" a la petición de reducir los fondos a los departamentos de policía e invertir algunos de ellos en las comunidades, un clamor que ha resonado en las protestas del movimiento ‘Black Lives Matter’ (‘Las vidas negras importan’).
El decreto de Trump también busca fortalecer una base de datos nacional para que los policías despedidos por negligencia o conducta inapropiada en una ciudad no puedan incorporarse fácilmente a agencias del orden en otras ciudades, afirmó el presidente.