POPULISMO EN LA ‘NUEVA REALIDAD’
Por todo el país circulan alcaldes, prefectos, asambleístas, ministros, secretarios y una larga lista de funcionarios entregando ayuda humanitaria, kits alimenticios y créditos. En el Estado de Derecho en el que aspiramos vivir, nadie debe estar por encima de la ley, esta debe ser ciega -especialmente en momentos trágicos para la patria, como es la pandemia por el Covid-19- y el Estado, con sus instituciones y recursos, merece ser defendido a capa y espada.
Es deber del Estado elaborar programas de asistencia vital a todo el que lo necesite, como de sus instituciones el habilitar canales de detección, registro y distribución de aquellos recursos. Asimismo, muchos ciudadanos y empresas privadas, representaciones diplomáticas y Organizaciones no Gubernamentales encausan esfuerzos para hacer llegar alimentos, insumos y ayuda a quienes han caído en las grietas del tejido social y desesperadamente requieren un respiro para poder levantarse.
Lo que es imposible ignorar es que, a puertas de las elecciones -en menos de tres meses se deberá convocar al siguiente proceso- los kits alimenticios procurados con fondos estatales, así como los créditos que ofrece la banca pública y estatal, se han convertido en la nueva moneda electoral.
Cómo olvidar a Álvaro Noboa, en la campaña de 2007, repartiendo sillas de ruedas, créditos de mil dólares, materiales de construcción y fundas de alimentos.
Hoy no es distinto y, siendo que atravesamos tal urgencia económica y social, es más grave; vale recordar que los fondos del Estado no son moneda electoral de los funcionarios de turno.