En alta mar se les dañó el motor de la embarcación. Están en Costa Rica. Regresarían el 29 de este mes.
Las esposas e hijos de José, Leonardo y Gonzalo, pescadores esmeraldeños, no logran contener el llanto al imaginarse que ellos no volverían a casa, luego de ir a su jornada de pesca frente a las costas de Esmeraldas.
La despida, el martes 15 de junio, no tuvo ningún ritual en particular, pues cada semana hacen lo mismo: agarran sus botas, chompas de agua, un par de camisetas, instrumentos de pesca, el celular, un láser y se van hasta el puerto pesquero, donde está anclada de la embarcación.
Y es justamente el láser fue el que les salvó la vida. La lancha se dañó en altamar el primer día de pesca, al llegar la noche, según cuenta una de las esposas, pasó un helicóptero y ellos emitieron la luz hacia la nave en señal de ayuda.
Al siguiente día llegó una lancha Guardacostas de los Estados Unidos y los rescató. Fueron llevados a Costa Rica. El salvamento fue confirmado por el segundo comandante de la Capitanía de Puerto de Esmeraldas, Vicente Álvarez, quien prevé que los ecuatorianos, según el cruce de información con los rescatistas, estarán en aguas esmeraldeñas el 29 de junio. El lugar del intercambio será a 20 millas.
Para el grupo de esposas, tener una fecha les genera algo de tranquilidad. La preocupación está pensada a futuro, por cuando la embarcación y los motores (dañados durante la faena) quedaron abandonados en el lugar del rescate.
“No queremos que demoren mucho, no tenemos para la comida, ellos son el sustento de nosotros. En ocasiones no comemos. Estamos muy preocupados”, reveló Génesis, una de las esposas.
“Mi esposo nos dejó para la comida de tres días, porque regresaría en ese tiempo, pero ocurrió la tragedia. Él (Gonzalo) está enfermo, es diabético e hipertenso”, detalla otra de las mujeres.
“En casa están mis dos hijos y yo. Todos lo estamos esperando. Por favor le pido a las autoridades que nos ayuden a que regresen pronto, también en algo para seguir trabajando ya se perdió la lancha y motores”, suplica la madre de familia.
Al dolor se suma el padre de José y Leonardo. Él intenta mostrarse fuerte, pero el recordar la información inicial de la Capitanía de Puerto, de que regresarían el 23 de junio y hasta ayer, 24, no habían vuelto empieza a romper en llanto.
La noche de ayer uno de los pescadores se comunicó desde Costa Rica y aseguró a sus parientes que sí han recibido comida, pero siguen con la misma ropa del rescate y que, supuestamente, luego de una o dos semanas, los llevarían a casa.
“Ellos no son delincuentes, son pescadores que se estaban buscando la vida. Se les dañó el motor y por eso quedaron a la deriva. Agradecemos que los hayan salvado, pero por favor ya tráiganlos, que estamos muy preocupados en casa”, suplicó la desesperada esposa Génesis Espinal .