Terrible
El consumo abusivo de drogas lícitas e ilícitas y su consecuencia, tanto física como emocional y social, se ha tornado un problema de salud pública nacional. La trágica muerte de 18 adolescentes en un centro de rehabilitación clandestino para personas con adicción a las drogas ocurrido en Guayaquil, así lo demuestra y deja al descubierto dos problemas que requieren atención urgente de las autoridades: aumento creciente de jóvenes con tendencia al consumo, y falta de centros públicos especializados para el tratamiento de la adicción.
Investigaciones realizadas en Guayaquil determinaron tres causas alrededor de las cuales surge en los adolescentes e incluso niños, su afán por el consumo compulsivo de la droga: 1. La carencia del apoyo familiar; revelada por la ausencia de uno de los padres o por desarmonía de la pareja. 2. La influencia del entorno en que se desarrollan los jóvenes; además de la falta de apoyo familiar, otros motivos que les lleva a consumir drogas, es la soledad, seguido de la influencia de amigos, la facilidad para conseguir dinero fácil y el alejamiento de la escuela. 3. El desconocimiento del efecto que causan las drogas y planes para el futuro; movidos por la sensación de bienestar causada por el consumo de drogas, los jóvenes describieron adentrarse en un mundo en que deseaban vivir, y manifiestan desconocer las con-
secuencias de ese consumo para su organismo involucrándose en un ciclo vicioso que, aunque quieran salir de él, no encuentran condiciones para eso.
Ante la ausencia de políticas estatales para enfrentar las causas de la adicción y la falta de centros públicos de rehabilitación, la proliferación de centros informales ha sido la respuesta a la creciente necesidad de las familias guayaquileñas de contar con una oferta mayor de centros públicos para la cura de la adicción. Los centros privados para el tratamiento de los trastornos que produce esta enfermedad, por sus costos, son inalcanzables para la mayoría de familias, que en su afán de ver rehabilitados a sus seres queridos, han optado por la precariedad de las instalaciones de centros ilegales, con las consecuencias fatales.