Refinería no contamina, según tres laboratorios
Seis tipos de químicos fueron analizados durante 15 días, ninguno superaría los rangos permitidos.
Para determinar la calidad de aire de Esmeraldas, entre mayo y junio, se necesitan analizar dos momentos: 15 de mayo cuando se intentó arrancar la Unidad Fraccionamiento Catalítico Fluidizado (FCC) de Refinería Esmeraldas y el 26 cuando se ubicaron nueve filtros en la ciudad para determinar la cantidad de sulfuro de hidrógeno (H2S), metil mercaptano, monóxido de carbono (CO) y compuestos orgánicos volátiles que estaban en el ambiente.
El 15, la comunidad elevó su voz a través de redes sociales y medios de comunicación por los hedores que incluso les provocaban vómitos, dolores de garganta y cabeza, lo mismo se repitió por días, porque la planta de azufre no estaba operativa al 100%. En respuesta, Petroecuador hizo los ajustes y colocó los dispositivos.
Tres laboratorios acreditados: AFH, Anavanlab y Labssa– EP Petroecuador, tras analizar los recipientes que captaron las muestras durante 15 días, llegaron a la conclusión, basados en parámetros nacionales e internacionales, que “los parámetros se encuentran por debajo de los límites permisibles establecidos por el Ministerio del Ambiente y del Agua y la normativa internacional, confirmando el estado de la calidad del aire de la ciudad de Esmeraldas”. por millón, en ninguno de los casos se detectó un rango superior a 0,5. En el punto más lejano de la Refinería, el balneario Las Palmas donde se ubicó otro filtró, no se reportó presencia de sulfuro de hidrógeno ni monóxido de carbono, pero sí una mínima cantidad (0.3) de metil mercaptano.
“Es una burla para los esmeraldeños”, así lo resumió el abogado Guido Cortez, quien está planificando con un grupo de colegas seguir una acción legal contra Petroecuador por la contaminación que habría en el ambiente.
Para la asambleísta de Esmeraldas, Rina Campaín “Petroecuador no puede ser juez y parte, de tal forma que estos resultados no son muy confiables. Quien está llamado a ejercer ese control es el Ministerio de Ambiente, organismo que históricamente ha guardado silencio.
Lo ideal sería que el control de la contaminación se ejerza con veeduría ciudadana donde exista participación de los gobiernos autónomos descentralizados, gremios de profesionales, universidades, etc”.