HAMBRE E INJUSTICIA
El hambre creció en 2017 por tercer año consecutivo, hasta afectar a 821 millones de personas en todo el mundo, lo que supone un regreso a niveles de 2010, según el más reciente informe de las diversas agencias de Naciones Unidas.
Claro que los cambios en el clima son una de las principales causas del aumento del hambre, pero también hay otros factores que influyen para que la situación siga empeorando en regiones de África y Latinoamérica.
En América Central, por ejemplo, se destaca el “corredor seco” entre Nicaragua, Guatemala y El Salvador, “donde la probabilidad de un fenómeno climático como El Niño, con una multiplicación de sequías, aumenta cada día un poco más”.
En cuanto a lo que ocurre en América del Sur el dramático documento cita especialmente a Venezuela, sumida en una grave crisis económica y donde miles de ciudadanos, sin importar su afiliación política y estrato social, se desesperan por conseguir alimentos.
De todos modos, en todas partes, el hambre y la malnutrición no se dan por escasez si no por falta de acceso a los alimentos disponibles, a causa de la pobreza. Según la ONU, se produce comida para 12.000 millones de personas, en un planeta de 7.000 millones, y se desperdicia hasta el 50% de esa comida.
Detrás de esto, entonces, hay algo más que los conflictos o el clima: la situación demuestra la desigualdad e injusticia existente en un mundo donde se produce más alimento del que se necesita, pero muchos no pueden acceder a él. Y los gobiernos hacen muy poco para solucionar el problema.
Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla”.
STANISLAW LEC
ESCRITOR POLACO DE ORIGEN JUDÍO (19091966)
Tan perjudicial es desdeñar las reglas como ceñirse a ellas con exceso”.
JUAN LUIS VIVES
HUMANISTA Y FILÓSOFO ESPAÑOL (1492-1540)