La Hora Tungutahua

Nomenclatu­ra urbana

- ANDRÉS PACHANO

La municipali­dad de Ambato, en administra­ción anterior a la actual, emprendió en un proceso de revisión, de actualizac­ión de la nomenclatu­ra urbana, aquella que identifica las calles, pasajes y avenidas de la ciudad; entiendo que este proceso incluyó el reemplazo y colocación de los rótulos con los nombres de cada una de las arterias de la urbe; entiendo también que el levantamie­nto de informació­n fue realizada por estudiante­s de una universida­d local.

Las prisas, las rutinas o simplement­e la costumbre no nos

permiten mirar detalles y eso permite que, aciertos o errores, pasen desapercib­idos. En este tema citaré tan solo dos crasos ‘horrores’.

En la ciudadela nombrada como ‘La Presidenci­al’, sus calles, que se prolongan a urbanizaci­ones colindante­s, sus nombres son los de varios presidente­s de la República, en justo homenaje a su memoria. En esta ciudadela hay dos errores tremendos, cuyo origen quizá radique en quien levanto la informació­n, lo que indujo al equívoco en la confección de los rótulos respectivo­s. Graves por que demuestran un desconocim­iento de la historia reciente de la patria e inducen al equívoco.

A una calle de esta ciudadela sus rótulos la identifica­n como “Gil Enriquez Gallo” (sin tilde); su verdadero nombre es “Alberto Enríquez Gallo”, general del Ejército y Jefe Supremo, entre octubre de 1937 y agosto de 1938;

Presidente de la República, inteligent­e y nada “gil” en sus lúcidas ejecutoria­s. Quien así nombró a esta calle, quizá confundió la abreviatur­a de general o no supo cómo hacerlo y abrevió “gil”.

En otra calle de esta ciudadela, “La Presidenci­al” (reitero en homenaje a expresiden­tes de la nación) sus rótulos dicen: “Larrea Albán”; cuando debe referirse y nombrarse como calle “Larrea Alba”, en homenaje al General Luis Alberto Larrea Alba quien fuera encargado del Poder Ejecutivo de la Nación entre el 24 de agosto y el 15 de octubre de 1931 y miembro de la Junta Provisiona­l de Gobierno entre el 28 de mayo y el primero de junio de 1944; confundier­on su nombre con el del exprefecto Provincial Ing. Carlos Larrea Albán, quien, de paso, tiene los méritos suficiente­s para honrar con su nombre a una calle de la ciudad.

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