PRAGMATISMO Y SENSATEZ
La renuncia de la vicepresidenta María Alejandra Vicuña abre el camino para las más variadas especulaciones sobre el rumbo que pretende dar Lenín Moreno a su régimen. Que si va de la izquierda a la derecha o que si responde a determinados grupos de poder económico, son algunas de las tantas especulaciones. Lo cierto es que la coyuntura política y económica actual, desde dentro y desde fuera del país, exige pragmatismo, sensatez y cordura.
Por el escenario económico, en un país dependiente en gran parte de las exportaciones petroleras, hay que andar a tientas, en particular con los mercados tradicionales que hoy emprenden políticas proteccionistas, que se pensaba que eran cosa del pasado. Esta situación obliga a buscar fuentes seguras y convenientes de financiamiento, llámense bancos chinos o el FMI, para que haya estabilidad y, de ser posible, crecimiento económico aunque sea discreto.
Por otra parte, en lo político se vive un reacomodo de los partidos y movimientos que pueden inclinar la balanza de fuerzas inesperadamente hacia un lado o hacia otro. No en balde estamos a las puertas de unas importantes elecciones seccionales que pudieran constituir, de hecho, un plebiscito sobre el propio Gobierno y, en particular, el Presidente.
La accidentada y volátil política ecuatoriana de los últimos 10 o 12 años obliga a la cautela en la toma de decisiones. El asunto de la vicepresidenta Vicuña no puede separarse de tan complejos contextos. No se trata, como antaño, de hacer rodar cabezas y que nada pase. Detrás de las bambalinas se forjan nuevas alianzas y estrategias, y permanecer ajeno a ellas sería un suicidio político.