Un problema complejo
En realidad lo que la ley procura es proteger los derechos de los niños y adolescentes, y que no exista estigmatización o peor aún violencia en contra de ellos. Lamentablemente el trabajo policial no ha logrado articular protocolos específicos para el abordaje de esta problemática dentro de las instituciones educativas, ya que no es el mismo que debe hacerse a los adultos. El trabajo que se desarrolle dentro de los establecimientos educativos debe ser más integral y las autoridades pueden hacerlo siempre guardando el estricto derecho a la reserva y a los derechos de los adolescentes.
Sin embargo, creo que la problemática va más allá, hay que estar conscientes que si se adentra el consumo de drogas a las instituciones educativas es porque algo sucede desde afuera, desde el mismo estrato social.
El país tiene datos muy retrasados que muchas veces no son reales, por lo que hay que profundizar con las investigaciones de este fenómeno. ¿Por qué están consumiendo drogas?, ¿cómo están teniendo acceso a las mismas?, ¿cuáles son sus problemáticas? Y lo más importante no estigmatizar a los adolescentes.
Se requiere dentro de las instituciones educativas un trabajo integral, profundo en torno a las problemáticas que enfrentan los jóvenes, depresión, violencia familiar, bullying, entre otros aspectos pueden estar orillando a los adolescentes a encontrar en esto una salida, porque no cuentan con otros espacios.
Es importante entender integralmente el problema del uso y consumo de drogas que no está circunscrito solamente dentro de las instituciones educativas, si bien es uno de los espacios donde se da esta problemática, se presenta en todos los espacios donde se desenvuelven los adolescentes y jóvenes.
La familia también juega un rol importantísimo y ahora es frecuente ver que la tecnología y las condiciones de trabajo no permiten darles el tiempo que los jóvenes requieren, de igual forma la sociedad es sumamente discriminatoria y aislante, pero nadie cuestiona el por qué.