REPRESENTANTE DE LA SOCIEDAD CIVIL

Algo atípico acaba de ocurrir: un hombre joven y sin vínculos con partidos o movimientos es Vicepresidente. Comunicador, economista y empresario, Otto Sonnenholzner fue designado por la Asamblea Nacional para ocupar ese alto cargo. El otro elemento que aporta la elección es la culminación del despojamiento gradual del régimen de figuras aliancistas o de origen correísta.

En su primer discurso, además de bromear en cuanto a lo difícil que es pronunciar su apellido (“Con el apellido la cosa no va a funcionar”, dijo), llamó a la unidad de las fuerzas políticas y sociales para sacar al país adelante: “Conocí y entrevisté a muchos de los que hoy están aquí, todos los que estamos aquí sabemos y estamos conscientes de que tenemos un mismo objetivo, es más lo que nos une que lo que nos separa”.

El tercer Vicepresidente en el gobierno de Lenín Moreno se declaró un defensor de la libertad de expresión: “Tuve el honor de luchar por la libertad de expresión. Este derecho fundamental es indispensable para crecer y vivir en democracia”. Observación muy a propósito cuando las reformas a la Ley Orgánica de Comunicación están a las puertas del pleno de la Asamblea para su análisis y discusión.

“Tenemos que volver a creer, tenemos que volver a confiar”, señaló el Vicepresidente en favor de la reconciliación nacional y al afianzamiento de un real pluralismo democrático que debe sostenerla y animarla. Con Otto Sonnenholzner podría entrar en el Gobierno por primera vez un auténtico representante de la sociedad civil, algo positivo y pocas veces visto en nuestro escenario político.