En El Tambo se encuentran ‘huellas’ del paso de los incas
En este cantón de Cañar hay muchos testimonios y vestigios de la cultura cañari-inca.
El Tambo, en Cañar, tiene sus orígenes en los tiempos del incaico, hace unos 5.000 años aproximadamente. Su nombre proviene del vocablo kichwa ‘tampu’, que significa lugar de descanso o posada, ya que este era el sitio predilecto en que los chasquis y viajeros paraban cuando el día se terminaba y aprovechaban para reposar.
Oficialmente, la población fue fundada en 1835 como parroquia rural y en 1991 se aprobó su cantonización definitiva.
Se trata de una antigua y hermosa población, desde la cual se puede llegar, con mucha facilidad, hasta las históricas ruinas de Ingapirca.
Un complejo arqueológico
Baños del Inca está a
1.5 km al sur del centro cantonal de El Tambo. Es un sitio sagrado, ya que allí se realizaban rituales dedicados a los diferentes dioses que los incas tenían. Por esta razón, se puede observar un gran altar con decoraciones y graderíos a su alrededor.
Se encuentra a un kilómetro y medio al sur del centro cantonal de El Tambo y es posible ingresar por tres lugares diferentes: la antigua estación del ferrocarril, la vía a Ingapirca y el puente de Coyoctor, en la Panamericana.
En este lugar está Yanacauri, una montaña en forma cónica, rocosa, de 3.840 metros de altura. Allí hay un sendero de ascenso, el cual es muy antiguo y se cree que era la ruta predilecta para las peregrinaciones religiosas. En la cima existe una planicie donde se pueden vislumbrar restos cerámicos y que constituye un mirador natural.
También es posible visitar Pinzhul, un sitio donde se efectuaban cultos y ceremonias. Debido a los vestigios ahí encontrados, se deduce que este lugar fue un antiguo cementerio cañarí y ha sido el lugar predilecto para los ‘busca tesoros’ que llegan de-
trás de los objetos antiguos.
La Cruz
Es un sitio elevado y un mirador natural de El Tambo. En tiempos antiguos era una zona de peregrinaje y de concentración para diferentes festivales y paseos al aire libre, debido a su hermoso entorno natural.
Tiene un alto significado religioso para la ciudadanía, porque en tiempos antiguos era el lugar ideal para las procesiones de Semana Santa, debido a que existe el espacio suficiente como para representar cada una de las estaciones.
Para acceder al mirador se realizan caminatas, en las que se puede disfrutar de la naturaleza y mirar una infinidad de aves y de flores.