Mineral indisoluble
° “El uso del talco en los recién nacidos y hasta edades de dos o tres años ha sido una práctica habitual en las familias del mundo”, dice Eduardo Acuña, pediatra. Con el tiempo –agrega– la tecnología y la propaganda han ido desarrollando este tema de diferentes maneras, hasta el punto de hacer que este producto sea indispensable, cuando “no lo es”.
“Era un polvo mineral indisoluble, resistente a cualquier cosa, y el momento en que ‘talqueaban’ al niño, este lo aspiraba. Entonces, se iba al pulmón y se producía una enfermedad en esos órganos o una reacción alérgica”, cuenta el experto. Y afirma que no se deshacía, porque era un pedacito de piedra, microscópica o minúscula, pero era una sustancia pétrea. En esa evolución –continúa– se ha pasado por talcos vegetales, llegando incluso al talco de maíz.
Así, “el talco debe ser proscrito del uso en los bebés, por muchas razones: la primera porque es innecesario, la segunda porque tapona los poros de la piel que necesitan respirar para su renovación y nutrición, y la tercera porque es un gasto infructuoso y un atentado como médico a la piel del bebé”.
“La piel del bebé con agua tibia y un buen secado es suficiente. Si quieren ponerle algo, hay lanolinas, emulsionantes y aceites que sí pueden nutrir y aliviar las molestias de la piel. Otra cosa es que tenga efectos cancerígenos o no, informa. “Deberíamos esperar a que haya una demostración técnica, científica de que esto sea verdad, porque el uso y el abuso de los medios mal intencionados hace que cualquiera diga cualquier cosa de una u otra marca, no podemos caer en el pecado de aumentar ese tipo de malas informaciones”. Informa no haber encontrado información sustentada al respecto. “He buscado, para ver si alguien tiene una base científica, bien sostenida, y respaldada en asociación de talco vs. cáncer de ovario y realmente no lo hay”.