Legado Familiar
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Joel Benítez relata que su especialidad, desde que empezó a ayudar con el negocio, fue la de freír las habas. Incluso, hasta la actualidad, es el indicado para continuar con este trabajo, debido a la experiencia que ha desarrollado.
Cuenta, además, que parte de su aporte, cuando era niño, se veía reflejado también en las ventas. “Vendía habas y maní en el colegio para ayudar a mi familia”. Esto, de hecho, provocó que sus compañeros lo apodaran como ‘Habitas’.
Hoy Joel, muy orgulloso, recuerda esta anécdota que, según cuenta, refleja parte de su identidad.
“Aún mis amigos me dicen ‘Habitas’ y no me molesta; de hecho, todo lo contrario”, explica. “Si no era por las habas no estuviéramos donde ahora estamos”.
Pese a que hoy, el pequeño negocio que nació de la idea de una madre en crisis, luce más “como una empresa con miras de exportación”; el legado y la tradición se mantienen tanto en el negocio como en la familia.
Esto, según cuenta Benítez, le ha permitido sentirse identificado con lo que hoy es Wanya.