LIGA LEVANTA LA COPA 11
El cuadro ‘Albo’ tuvo que esperar ocho años para volver a dar la vuelta olímpica ante se gente. Ayer empató en la final de ida, 1-1, en la cancha de Emelec.
Las gradas del estadio están de blanco. En la cancha, el azul y ojo de la Central vuelve a haerse inmortal. Liga Deportiva Universitaria, en el año de su Centenario, celebra un nuevo ítulo: el número 11 en su histoia deportiva en los torneos de Ecuador.
El ‘eterno campeón’ tuvo que sperar 8 años para volver a dar a vuelta olímpica ante su gente. Y lo hizo como tiene acostumbrado a sus hinchas. Empató en a final de ida (1-1) en la cancha de Emelec y ayer le bastó un gol,
l de Ánderson Julio, para llevarse el Campeonato.
Destinados
El empate en Guayaquil le daba la ‘U’ el título. Pese a ello, los dirigidos por Pablo Repetto saieron a su cancha a asegurar l partido. Ánderson Julio, el del tanto en el Capwell, volvió vestirse de héroe deportivo para hacer el gol del título. El extremo imbabureño, de 22 años, recibió al borde del área eliminó a un rival, se perfiló y sacó un bombazo que stalló en el arco de Esteban Dreer.
La detonación alcanzó a las gradas, se contagió a parte de la iudad y de la región. El camino la ‘estrella 11’ estaba en la direción correcta.
Sin zagueros
El entorno estaba para el festejo universitario, pero el equipo tuvo un momento de desconcentración por la salida repentina de sus dos zagueros centrales. El primero en salir fue Hernán Pellerano. El jugador argentino irá al quirófano por la lesión en su rodilla. Kevin Minda lo reemplazó
y, como en el partido de Guayaquil, lo hizo bien.
Antes de la media hora de juego, el que no pudo seguir fue Franklin Guerra. Sin centrales de oficio, Repetto tuvo que ubicar a Édison Realpe en esa posición.
Pólvora mojada
Ni Anangonó, el goleador del equipo, o Fernando Guerrero y Johan Julio pudieron anotar las oportunidades que generaron. Esa falta de gol también se vio en el ‘Bombillo’ que tuvo tres jugadas claras. Una con Brayan Angulo, quien no pudo rematar, otra de Pedro Quiñónez, que estrelló la pelota en el horizontal, y Byron Palacios, la sorpresa de la alineación, que en vez de embocar metió la mano.