POR UNA C ORTE DE PRIMERA
El proceso de selección de quienes serán miembros de la Corte Constitucional entra en su etapa final. Ha sido riguroso y llevado adelante por personalidades intachables en el terreno de la jurisprudencia. Los aspirantes han destacado la transparencia de lo realizado y mostrados conformes con los procedimientos empleados. Un proceso histórico sobre el que pocas veces en el Ecuador se oyen calificativos de este calibre.
Se reportan Intensos intercambios de criterios sobre la aplicación de la normativa constitucional, su naturaleza intrínseca, sus alcances y fronteras entre los postulantes y la comisión calificadora. La selección ha sido pública, lo que ha dado oportunidad no solo a los comisionados sino también a la ciudadanía, el conocer y juzgar las intervenciones de los postulantes.
Es difícil encontrar un experimento (este proceso lo es) en que todas las variables estén definidas y predeterminadas. La ley es el instrumento del débil frente a la arbitrariedad del poder y la Corte Constitucional es el espacio en el que se determina la calidad, pertinencia y alcances de la aplicación de esa magna norma. Ahora las partes son del criterio de que Ecuador se merece una Corte Constitucional de primera.
Julio César Trujillo, presidente del CPCCS transitorio, se muestra satisfecho al ver la modestia de los concursantes, “lo cual de alguna manera nos garantiza, aunque no nos exime de nuestra propia responsabilidad, que acertaremos en el nombramiento de los jueces de la Corte Constitucional”. Algo esencial para mantener la estabilidad de la sociedad en la que vivimos, luego de diez años de arbitrariedad y manipulación.