LOS ALEMANES en Guayaquil
Guayaquil, como ninguna otra ciudad en Ecuador, fue un crisol de razas, nacionalidades y culturas en los siglos XIX y primeras décadas del XX. Esta característica única de nuestro puerto debe haber sido el factor primario para el guayaquileño desarrollar la habilidad de ser comerciante por naturaleza. La gradual mezcla de sangre a través de casi dos siglos ha creado un ADN que no se encuentra en otras ciudades del país. Ese espíritu de sobrevivencia, lucha, tenacidad, perseverancia y otras cualidades del emprendedor nato es lo que diferencia al guayaquileño del resto de ecuatorianos.
A Guayaquil llegaron ciudadanos de la mayoría de países europeos y de las tres Américas, además de Asia. Vinieron a buscar futuro y lo lograron, no todos crearon familias ni fallecieron en el país. Unos vivieron varios decenios y al jubilarse optaron por regresar a sus países, dejando obras y enseñanzas. Manuel Antonio Luzarraga mencionado en algunas ediciones de MP, después de vivir más de cuarenta años en Guayaquil, regresó a España. Joseph Megan llegó a Guayaquil entre los treinta y cuarenta del siglo pasado; tenía un taller para reparar radios en el centro de la ciudad. Gran parte de los años que residió en el puerto desempeñó la gerencia de la planta IFESA, empresa disquera de Luis Pino Yerovi. Después de vivir treinta o cuarenta años en Guayaquil retornó a Estados Unidos. Entre los inmigrantes se encuentran alemanes, los más sufridos por las injusticias contra ellos durante las dos guerras mundiales. Ellos trajeron a Guayaquil grandes valores mercantiles: organización, disciplina, pasión por la calidad y productividad.
¿Cuándo llegó el primer empresario alemán? He revisado estadísticas de aduana y censos de comerciantes antes de 1830 y no he encontrado ninguno. Pienso que fueron los hermanos Grund quienes fundaron su empresa en 1830; ellos vinieron de Hamburgo. En el transcurso de los años ingresaron nuevos socios y hubo cambios en la razón social; para 1909 el principal socio era Alfonso Poppe cuya empresa se encontraba en el puesto 18 entre las de mayor capital de la ciudad. En 1920 se creó Poppe y Cía. Siendo los dueños los hermanos Adolfo y Pablo Poppe, y Juan Grimm. Su almacén era de venta al detal, especializado en ropa para damas y caballeros, incluyendo zapatos y sombreros. También importaba cerveza y perfumería, además exportaba sombreros de paja toquilla y plumas de garza. Vendía al por mayor y menor, contaba con agencias en las principales ciudades del país y vendedores viajeros. Durante la I Guerra Mundial, Adolfo fue puesto en lista negra, teniendo que salir del país. A 1920 Pablo también vivía en Europa y el negocio quedó bajo la administración de Grimm. Otro alemán que estableció negocio alrededor de 1830 fue Ernesto W. Garbe, su empresa también cambió de accionistas y razón social hasta convertirse en Rickert & Co que para 1910 tenía 700.000 sucres de capital; Eduardo, Enrique y Carlos Rickert fueron principales accionistas, habiendo sido Eduardo uno de los fundadores de la Cámara de Comercio de Guayaquil. Esta empresa fue la más importante de la colonia alemana.
Hacia 1866 la tagua o marfil vegetal fue descubierta en Manabí por marinos alemanes; comenzó a exportarse en importantes cantidades hasta estar entre 1890 y 1937 en
EL CÓNSUL ESTADOUNIDENSE, FREDERIC GODING, DEFENDIÓ A GUSTAVO CHANANGE DE LA INFAMIA DE LOS INGLESES.
el tercer y cuatro lugar del total de exportaciones. (MP15) El principal mercado fue Alemania; con los años se establecieron empresas alemanas en Manta y Bahía de Caráquez, como Tagua Handels Gesellschaft (Casa Tagua), con un capital de 170.000 sucres para 1909, fue el más importante entre las empresas manabitas. Los alemanes también se establecieron en El Pailón, Esmeraldas Handelsgesellschaft se dedicó a exportarla.
En 1883, Juan H. Kruger constituyó una empresa con su nombre que funcionó durante más de un siglo, llegó a ser una de las 25 empresas más importantes de Guayaquil. Se inició como importador y representó a empresas navieras y aseguradoras alemanas. Con el transcurso de las décadas diversificó y logró la representación de las mejores marcas alemanas; ingresó en el negocio de productos químicos y representó a poderosas empresas farmacéuticas. En 1898 el capital era 100.000 sucres, para 1909 había aumentado a 400.000. A 1930 introdujo en Guayaquil los productos Bayer en sociedad con Bruckmann & Cía. Posteriormente la empresa pasó a ser administrada por Ernesto Altgelt. Durante las últimas décadas del siglo pasado la empresa atendía a la mayoría de los sectores de la economía, desde el agrícola hasta el industrial, desde los servicios hasta el comercio. Transoceánica, una de las empresas filiales, representaba a Hapag Lloyd, flota naviera y luego a Luthansa, compañía aérea, ambas alemanas. Servicios Agrícolas también formó parte de este grupo para proveer bienes a los agricultores, incluyendo fertilizantes. Durante la vida de la empresa numerosos europeos fueron contratados para administrar los departamentos o filiales, quienes con el tiempo se independizaron y establecieron sus propios negocios, entre ellos, Walter Mathis y Werner Pellehn.
Adolfo Zohrer, otro alemán que abrió un negocio desde fines del siglo XIX, se dedicó a la venta de maquinaria para imprentas y aserríos, piladoras de arroz y café, motores marinos, equipos para fuentes de soda, calderas y maquinaria en general, ofreciendo el servicio de instalación de las mismas. Años después incorporó la línea de artefactos eléctricos y materiales de ferretería. Para 1910, el capital de Zohrer fue de 45.000 sucres. En 1920, Hermann Moeller adquirió el negocio, que para ese año tenía un capital de 280.000. Moeller se destacó en el mundo de los negocios, de él se comentó en MP115.
Adolfo Klaere y Oscar Meyer se asociaron en 1917 para representar marcas extranjeras y venderlas en Guayaquil y resto del país, además se dedicaron a la exportación de cacao, café, algodón, cuero y sombrero de paja toquilla. En ventas al exterior a consignación anticipaban dinero al productor. Tenían oficinas y bodegas para almacenar los productos de exportación. Contaban con una desmotadora de algodón para venderlo a las fábricas de hilado y tejido del país. A 1920 el capital de la empresa era 100.000 sucres. En las primeras décadas del siglo XX llegaron los hermanos Levi quienes crearon un pequeño imperio (MP37). También apareció Egon Martens dedicado a la exportación de cacao, a 1928 se encontraba entre los diez exportadores más importantes. En 1912 arribó Luis Eduardo Bruckmann para trabajar en una empresa comercial, dos años después se iniciaba la I Guerra Mundial y se creaba la primera Lista Negra. Su nombre no apareció, posiblemente porque era muy joven, alrededor de 24 años. Luego emprendió un taller artesanal llamado Fábrica Beco en Manta, donde elaboraba jabón de lavar, vela, betún, mentol de ungüento y pastillas de azúcar. Bruckmann también se dedicó a la exportación y actividades agrícolas, habiendo sido dueño de la hacienda Germania. Cuando se inició la II Guerra Mundial, Estados Unidos e Inglaterra presionaron al Gobierno para incautar las propiedades de los ciudadanos alemanes e italianos en el país. La Fábrica Beco, La Universal, Ultramares Trading Co., y otras empresas pasaron a pertenecer al despacho de control de Propiedades Bloqueadas del Ministerio de Hacienda, que se adueñó de ellas como si fuera dueño, al extremo de haber vendido activos de propiedad de alemanes a terceros. Este hecho es una página negra en la historia ecuatoriana por las injusticias cometidas contra los extranjeros alemanes e italianos. En 1943, los hermanos Antonio, Oswaldo y César Alvarez Barba y José María Espinoza Acevedo compraron Beco al Gobierno y constituyeron en Quito Industrias Ales. Bruckmann jamás fue compensado.
En las primeras décadas del siglo XX, los cielos sudamericanos eran dominados por empresas aéreas alemanas. En 1928 SCADTA, empresa colombiana de propiedad de alemanes, firmó un contrato con el Gobierno ecuatoriano para establecer servi- cio aéreo quincenal con hidroaviones desde Guayaquil a las siguientes ciudades: Manta, Bahía de Caráquez, Esmeraldas, Tumaco, Buenaventura, Cartagena y Barranquilla, con conexiones a ciudades de los Estados Unidos. Luego se creó SEDTA, compañía ecuatoriana que funcionó hasta el inicio de la II Guerra Mundial. En estas empresas había trabajado Gustavo Chanange, alemán que llegó a Guayaquil en 1913 para ocupar la subgerencia del Bank of Spanish América, antecesor del Lloyds Bank (MP32). Posteriormente trabajó con Guayaquil Agencies, propiedad de W.R. Grace. Terminada la II Guerra Mundial constituyó su propia empresa, Ferrostaal de Ecuador.
Para 1918 Arnoldo, Eduardo y Enrique Panse tenían Compañía Alemana de Agencias. En 1931, constituyeron Ultramares Trading Company. En pocos años su empresa se convirtió en una de las exportadoras de cacao más importantes. Al iniciarse la II Guerra Mundial y crearse una nueva lista negra; fueron enviados a Alemania como canje de soldados ingleses y estadounidenses capturados en batallas. Mientras estuvieron ausentes, Juan Marcos y Luis Noboa se iniciaron en la exportación de cacao y contrataron a Hermann Herzfeld, judío alemán que había escapado del Holocausto y los hermanos Puig Arosemena le habían dado trabajo en Herederos de Puig Verdaguer (MP101). Para 1948, Arnoldo Panse al regresar a Guayaquil se asoció con Marcos y Noboa creando Ultramares Corporation (UC). Con el fallecimiento de Panse, los dos primeros quedaron dueños. Durante décadas UC estuvo entre las empresas más grandes de su ramo. Para 1970 Noboa quedó como único propietario. Herzfeld no fue el único que llegó huyendo de la Alemania nazi, también llegaron Alfredo Czarninsky, Federico Goldbaum, Gunter Lisken y muchos más. Todos comenzaron pequeños y crearon importantes negocios que hoy pertenecen a sus hijos. En los años cincuenta se estableció Unión de Bananeros Ecuatorianos S.A. (UBESA) de empresarios alemanes que vinieron a Guayaquil para participar en el auge bananero recién iniciado. Tuvo alianza con Standard Fruit Co. y fue administrada por Juergen Schumacher. Por esos años Burchard von Campe fundó Investamar S.A. Durante la segunda mitad del siglo pasado se constituyó INDUAUTO con mayoría accionaria alemana; está en el negocio de distribución de vehículos y maquinaria agrícola. En 1962 se fundó Tecnova para representar la línea automotriz de Robert Bosch Gmbh. Algunas corporaciones multinacionales alemanas establecieron subsidiarias en el sector farmacéutico y en otros. Numerosos empresarios alemanes se quedan sin ser mencionados por falta de espacio.
Nosotros no entendemos cómo un despacho a los señores Poppe & Cía puede beneficiar a Alemania”
CARTA DIRIGIDA POR PERKINS & Mc. NEELY AL DEPARTAMENTO DE ESTADO DE LOS EE. UU.
EGON MARTENS
FELIPE LEVI
GUSTAVO CHANANGE