Compañía de Danzas Folclóricas Ecuador
El tiempo pasa corriendo; parece lento pero es veloz, entre trajines vamos viviendo, nuestra querencia e indómita pasión. Algunos me han denominado ‘El Patriarca del folclor’, ‘El irrefutable continuador’, simplemente yo he sido, su constante hasta hoy e inquebrantable propulsor, de esta hermosa cultura que detenta mi Ecuador. Soy dauleño de nacimiento, diciéndolo a viva voz, porque en mi ancho pecho lo siento y orgullosamente caminando voy. En la pila bautismal Francisco Caicedo Cruz me pusieron, desde muchacho siempre tuve la inquietud de ser artista completo: el canto, la actuación, la declamación y la danza me sedujeron; para desarrollar esas interesantes disciplinas artísticas, tuve que eminentemente abandonar mi campirano suelo. En 1958 el Dr. Camilo Ponce Enríquez, cumplía dos años de gobierno, mientras tanto mi familia se instalaba en un barrio guayaquileño. En el Grupo de Teatro Huancavilca amablemente me acogieron, participando en diferentes obras, por mi forma histriónica de actuar, el culto público me fue queriendo, por dedicación al artístico trabajo de esos años recuerdo, llegué a ser el director teatral, por encargo de Felipe Navarro, profesional de las tablas venido del extranjero. Por 1960 con Rodrigo Chávez González (Rodrigo de Triana) hice muy buena amistad, eminente investigador y propulsor del folclor costeño, como en estas tierras ya no los hay, saliendo de su prodigiosa pluma millares de costumbristas artículos periodísticos, que en diferentes diarios y revistas, él los supo publicar. Estaba montando en esos tiempos una obra, un sainete muy peculiar: El brujo de la huerta, en el cual me hizo participar; este cuadro costumbrista fue un éxito total, con más de ciento cincuenta representaciones de continuo por dos años sobre los escenarios sin parar, siendo para mí la más grata experiencia e imposible de olvidar. Se aproximaba la inauguración en esta guayaquileña ciudad, de los V Juegos Deportivos Bolivarianos, para noviembre de 1965, es cuando Rodrigo Chávez nuevamente me dijo, haciéndome solícita invitación a que conformara el Primer Cuadro Folclórico Montubio, siendo él su ideólogo creador, nombrando a don Guido Garay Vargas-Machuca, cantante lírico, barítono de operetas y zarzuelas, que a su vez era buen actor, como director responsable de la nueva agrupación. Después de dos fructíferos años de acompañar a Rodrigo de Triana en su titánica labor, recorriendo países de Latinoamérica y casi todo el Ecuador, representando al montuvio, el centauro de la selva tropical, en comedias musicales como: Pedro Vinces, el bandolero romántico, Machete Garabato y corazón, Torcuato y Nicanora , Patrón y Torcuato y La dulce piña de Milagro, decidí conformar en abril de 1967, la Compañía de Danzas Folclóricas Ecuador, con estudiantes del Colegio Nacional Vicente Rocafuerte y del Normal Rita Lecumberri, siendo sus primeros integrantes: Isabel López, Fara García, Josefina López, Nancy Bajaña, Olga Manosalva, Carlota Luna, Joaquín Ramírez, José Chérrez, Oscar López, Luis González, Aníbal Ulpo Muñoz, José Calasán, teniendo como salón de ensayos, las instalaciones de la Compañía del Benemérito Cuerpo de Bomberos No 17, Belisario González, situada en la calle Malecón y Colón. Luego de un tiempo de permanecer allí, nos trasladamos a la Av. Quito y Hurtado, local perteneciente a la Compañía de Bomberos Aspiazu. Realizando varias gestiones, pudimos conseguir un salón gentilmente cedido por la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas, sin olvidarnos que en diferentes ocasiones estuvimos realizando los ensayos en patios de escuelas, colegios y universidades. El nombre de Compañía de Danzas Folclóricas Ecuador nació de un consenso de quienes conformábamos esta agrupación, teniendo como ideario la presentación del folclor de todo el país y no solo el de la costa; empezamos con bailes montuvios (La iguana, Alza que te han visto, Er galope, Celos, Chigualo manabita, etc.). Luego incursionamos con los de la región interandina (fiestas carnavaleras del Inti Raymi, Pase del Niño, etc.) asesorados por la reconocida danzarina Patricia Aulestia, quien residía en la ciudad capital y por último incluimos en nuestro repertorio las danzas del oriente: Casamiento a lo Shuar, Danza de la culebra y Shamanería. Introdujimos en nuestras presentaciones “sketches” teatrales, coplas y contrapuntos de amorfinos, poniendo variedad a los bailes costumbristas del folclor nacional. Siendo parte del Magisterio de Educación, me dediqué por 38 años a la docencia, impartiendo valiosos conocimientos en materia de folclor, hasta en esos momentos ignorados o poco valorados, para lo cual me adentré en la investigación editando un libro sobre La costa y su folclor, que en la actualidad va por su tercera edición. Aquí estoy cual ceibo añoso, azotado por los tiempos, batallando por nuestro folclor; solo el pueblo me ha brindado sincero reconocimiento.
ESTA COMPAÑÍA ARTÍSTICA, QUE PRIVILEGIABA LOS TEMAS MONTUVIOS, REALIZÓ UNA INTENSA ACTIVIDAD NO SOLO EN GUAYAQUIL Y LA COSTA, SINO EN TODO EL ECUADOR