Os en 1826, din
Otras observaciones lo empujarían a hacer comentarios que, contrastando con aquellos que para nosotros son en extremo arcaicos, nos permiten sin embargo apreciar el nivel de conocimientos que ya la medicina tenía sobre el cáncer para ese entonces.
Veamos:
La visita de Brandin a Guayaquil terminaría con observaciones muy profundas en el campo de la salud mental (algo totalmente nuevo dentro de las investigaciones científicas realizadas hasta ese entonces en el Puerto), habiendo destinado dos grandes capítulos que bajo los títulos: De las enfermedades nerviosas, y La manía, la monomanía y la estupidez, cubrían 26 páginas de su obra.
Este trabajo y su autor merecen ser estudiados a profundidad pues ambos revelan con gran claridad, aspectos poco conocidos de nuestra realidad pretérita.
Guayaquileña en hamaca; dibujo de la época. Portada de la obra de Abel Victorino Brandin en la que, entre las páginas 57 y 94, desarrolla una amplia descripción de la ciudad, destacando el aspecto costumbrista y de salubridad de la población.