MODESTO CHÁVEZ FRANCO y sus Crónicas del Guayaquil antiguo
Esta semana querido lector te traigo un homenaje. ¡Sí, un homenaje! Pero un homenaje a un libro y a su autor, el doctor Modesto Chávez Franco, quien con su maravilloso libro titulado Crónicas del Guayaquil antiguo legó a la posteridad una de las obras más gratas de leer de cuantas se hayan escrito sobre la historia de Guayaquil.
No creo que sea necesario hablar de su vida, pues esta es ampliamente conocida, al igual que su trayectoria cultural, no así la historia de su obra y contenido; esto sí es otra cosa y quizás al describírtela pueda animarte a que la busques y la leas, habiéndote beneficiado con ello enormemente, pues no hay quien lea este libro y luego de ello no quede enamorado de la historia de nuestra ciudad.
Dicho esto pasemos a ver cómo nace la obra y de qué modo su autor estructura su contenido.
En 1926 Chávez Franco comenzó a escribir su crónicas sobre la historia de Guayaquil mientras se hacía cargo de la Dirección de la Biblioteca y Museo Municipales debido a la renuncia de Camilo Destruge, quien se había acogido a la jubilación por hallarse cansado y enfermo.
Una de las funciones que el Cabildo le asignaría sería la de la redacción de la Revista Municipal, órgano de difusión de la actividad desplegada por esta entidad, aprovechada por don Modesto para publicar en ella sus interesantísimas crónicas.
En 1930 la Municipalidad abrió un concurso para obras históricas, en el cual intervino recopilando sus crónicas publicadas en la mencionada Revista Municipal, a las que sumaría otras aún no publicadas, titulando el todo como Crónicas del Guayaquil antiguo.
La obra, leída por su amigo y condiscípulo, el