LA LIBERTAD EN LA HISTORIA DE EXPRESIÓN DE ECUADOR
La historia de la libertad de expresión en Ecuador está por escribirse, no conozco ninguna. Es una más que hace falta. Como no hay memoria histórica, el ecuatoriano común cree que muchos de los males se originan en el siglo XX, pero se inician más atrás.
PRESIDENCIA DE JUAN JOSÉ FLORES
Desde la primera administración de Juan José Flores hubo acoso a la prensa, al extremo que ocurrió el asesinato del coronel Francis Hall, alma del Quiteño Libre, que denunció la gestión de Flores.
GOBIERNO DE VICENTE ROCAFUERTE
En la administración de Vicente Rocafuerte, no hubo cambio. Una publicación de 1839 titulada Resurrección de la libertad de imprenta del Ecuador, se refiere a todos los atropellos de Rocafuerte. Comenta que la Legislatura de 1837 “…convencida de que la concesión de esta prerrogativa social es la más bien calculada para conservar el equilibrio de la paz, trató de devolver a sus comitentes la facultad de hablar al mundo entero por medio de la imprenta”. Rocafuerte se opuso a la resolución legislativa: “… como veterano de la independencia, ha amado mucho a la libertad de imprenta pero no la cree útil a este pueblo…”. Por la actitud dictatorial de los gobernantes
nacieron las hojas volantes, reemplazando a la prensa en temas que hubieran significado cierre de los medios o prisión para editores.
GESTIÓN DE JOSÉ MARÍA URBINA
El mandatario José María Urbina (18511856) no tuvo simpatía por la prensa opositora. Augustine Berthe comenta que Urbina, frente a críticas de un periódico extranjero que comentaba que en Ecuador solo se leía la prensa oficial, estimuló a jóvenes opositores a fundar un periódico, La Libertad, habiendo llegado a decir: “Ya veis que en el Ecuador tenemos libertad de imprenta”. Lo que Urbina calló fue haber apoyado a un fraile para fundar La Escoba, dedicada a atacar a La Libertad.
MANDATO DE GABRIEL GARCÍA MORENO
En 1859 surgió el periódico La Restauración, con palabras fuertes para quienes administraron el país: “Desgraciado este país donde se ha convertido en un crimen hasta la noble aspiración a la libertad…”. Algunos historiadores afirman que en la administración de Gabriel García Moreno hubo total libertad para escribir, poniendo de ejemplo los escritos de Juan Montalvo. Hay otros sosteniendo lo contrario e indican los periódicos oficiales que él hizo publicar. En 1846, al comenzar su carrera política, García Moreno fundó El Ven-
gador para atacar a sus adversarios, pero cuando fue presidente, en la Constitución de 1869, conocida como la Carta Negra, incluyó dos artículos sobre el tema libertad de expresión, los cuales en la forma redactada, se prestaron a injusticias. El primero: “Prohibir las publicaciones y reuniones que a su juicio favorezcan o exciten el desorden” y el segundo: “Es libre la expresión del pensamiento, sin previa censura, por medio de la palabra o por escrito, sean o no impresos, con tal que se respete la religión, la moral y la decencia; pero el que abusare de este derecho será castigado según las leyes y por los jueces comunes, quedando abolido el jurado de imprenta”.
ADMINISTRACIÓN DE JOSÉ MARÍA PLÁCIDO CAAMAÑO
En 1884, El Telégrafo, fundado por Juan Murrillo Miró, comenzó a criticar la gestión del presidente José María Plácido Caamaño, quien en 1886 reaccionó apresándolo por poco tiempo, y clausuró el citado diario. Murillo viajó a Chile, donde vivió cerca de una década; luego regresó a Guayaquil y reabrió El Telégrafo. Así se ingresó al siglo XX en el que se continuó atropellando la libertad de expresión.
PERIODO AYORISTA
Isidro Ayora fue adverso a la libertad de expresión, clausuró algunos periódicos pequeños y grandes entre ellos, El Guante.
VELASQUISMO
En 1953, tercera y única administración que José María Velasco Ibarra logró terminar, clausuró el diario El Comercio de Quito, porque días atrás se había rumorado que Camilo Ponce Enríquez, en ese tiempo ministro de Gobierno, estaba por renunciar; Velasco quería publicar una aclaración con ofensas a periodistas, atacándolos de corrompidos y corruptores, causante de los problemas nacionales. Jorge Mantilla se negó a tal publicación y el diario se clausuró. Los cargos fueron atacar personalmente a los ministros sin reconocerles ningún mérito, publicar información falsa, intentar involucrar a los militares y tratar de crear conflictos en el Gabinete. Robert Norris, quien tiene una magnífica biografía de Velasco Ibarra, afirma que la opinión pública favoreció a El Comercio, hubo peticiones de numerosas organizaciones sociales y políticas de todo el país para lograr la reapertura; también editoriales de los principales diarios de la región se pronunciaron a favor de la libertad de prensa. Velasco Ibarra habló de “libertinaje” de la prensa. Como Mantilla se negó repetidas veces a publicar el comunicado, Velasco ordenó que se imprimiera en la imprenta del Gobierno y El Comercio lo repartió junto con su edición. Un mes después reabría El Comercio.
LA DÉCADA DE LA REVOLUCIÓN CIUDADANA
Así llegamos al Gobierno de la revolución ciudadana (RC) convertida en robolución; no dio tregua a la libertad de expresión. Hubo multa y prisión durante el decenio. Lo cometido por la RC no tuvo antecedentes, la historia lo juzgará como el gobierno que más daño hizo a la libertad de expresión. (F)
TRIBUNA DE LA VERDAD SIN TEMOR NI FAVOR. LEMA DE EL TELÉGRAFO ANTES DE SER PRENSA PÚBLICA
JOSÉ MARÍA VELASCO IBARRA.
JUAN MURILLOMIRO.