LA DOCTRINA PARRA
Une a los Estados hispanoamericanos
En 1933, en la VII Conferencia Internacional Americana en Montevideo, Antonio Parra Velasco expuso sus ideas que, condensadas, aparecieron publicadas y se conocen como La doctrina Parra, de Derecho Internacional Público, para los países latinoamericanos.
UNA NACIÓN DE REPÚBLICAS
También manifestó que toda intervención es una guerra disfrazada que un país poderoso hace a otro débil para imponerle su voluntad, tesis acogida favorablemente por el excanciller Carlos Saavedra Lamas de la Argentina, que amplió dicho concepto. Y cuando el secretario de Estado Cordel Hull de EE. UU. quiso que se apruebe en América el principio de igualdad de tratamiento comercial, Parra replicó que debía ser todo lo contrario: había que aplicar las preferencias comerciales, recíprocas y exclusivas, por constituir Hispanoamérica una nación de repúblicas, según lo enseñó el Libertador Bolívar. La delegación chilena presidida por el canciller Cruchaga Tocornal apoyó la tesis ecuatoriana, que desde entonces comenzó a ser comentada en forma más amplia y general por diferentes tratadistas del Derecho Internacional Americano. Parra colaboró para la aprobación del Convenio sobre extradición suscrito el 26 de diciembre de 1933, que entró en vigor en Ecuador el 2 de septiembre del 36, suscrito por el dictador Federico Páez. Por estas actuaciones su nombre pasó a ser conocido entre los más importantes internacionalistas latinoamericanos.
PRIMER LOGRO
Tras concurrir al Congreso Constituyente de 1945 como diputado por Guayas, consiguió el artículo séptimo, que establece la posibilidad de que Ecuador, dentro de la comunidad mundial de naciones, forme con otro u otros Estados hispanoamericanos, asociaciones para defender sus comunes intereses territoriales, económicos y culturales y la ciudadanía iberoamericana, como paso previo a la integración continental. Fruto de ello fue la formación en junio del 46 de la Flota Mercante Grancolombiana, primera empresa multinacional latinoamericana, con participación de Colombia, Venezuela y Ecuador. Con este logro se daba cuenta de que estaba llegando el tiempo de realizar otros proyectos económicos, aduaneros, etc., que requerían de urgencia unirse frente al avance del imperialismo económico de la gran nación del norte.
MERCADO SUBREGIONAL ANDINO
En 1948 asistió a la IX Conferencia Panamericana celebrada en Bogotá, que elaboró la Carta de la Organización de Estados Americanos -OEA y el Tratado Interamericano de Soluciones Pacíficas, cuyo décimo artículo trata sobre la Enmienda Parra, esto es, que los tratados no solo pueden ser revisados mediante acuerdo entre las partes sino también a través de la aplicación de normas pacíficas y de justicia internacional. Esto permitió que Ecuador reclame la inexistencia jurídica del protocolo de Río de Janeiro, fruto de la fuerza. En abril, con ocasión de la Conferencia Interamericana de Bogotá, convocó
El derecho que debe regir estos Estados latinoamericanos no
es el Derecho Internacional, si no uno Intranacional...”. “L os Estados hispanoamericanos se encuentran de hecho unidos entre sí por un vínculo jurídico, de contenido espiritual, racial, cultural, moral histórico social, independiente de todo factor volitivo, que les impone una solidaridad de carácter obligatorio, que se traduce en el campo internacional en derechos y deberes especiales y en una limitación a la soberanía parcial de cada uno de ellos en beneficio de la comunidad integral, de la comunidad de Estados que constituyen”.
a la Conferencia Económica Grancolombiana. La Reunión Preparatoria se celebró en mayo -Quito- y presentó un anteproyecto considerado como el primer intento serio de integración latinoamericana. Su fruto fue el convenio para el establecimiento de la unión económica y aduanera grancolombiana, para conquistar después la gran unidad económica de los pueblos latinoamericanos. Se la conoce como Carta de Quito, porque fue suscrita el 9 de agosto de ese año en nuestra capital. Por ella se constituyó un Consejo General, una secretaría general y comisiones especializadas para proponer la unificación de aranceles o su coordinación, y realización conjunta de proyectos, etc. Fue ratificada por Ecuador y Colombia, pero no por Venezuela y Panamá. Sin embargo constituyó un precedente de nuevos esfuerzos en las décadas siguientes para crear el Mercado subregional andino, con fines similares a la Alalc (Asociación Latinoamericana de Libre Comercio)