PELOTA VASCA
EN GUAYAQUIL
CIERTOS DEPORTES FUERON MUY PRACTICADOS
EN NUESTRA CIUDAD Y LLEGARON A TENER TANTOS FANÁTICOS, QUE LAS NOTICIAS SOBRE ELLOS ERAN COSA COTIDIANA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN. UNO LLEGÓ TAN RÁPIDO COMO SE FUE: EL FRONTÓN, TAMBIÉN
CONOCIDO COMO PELOTA VASCA.
Llegado a Guayaquil en 1906, este deporte comienza a practicarse gracias al arribo a nuestra ciudad de algunos destacados ‘pelotaris’ (expertos en esta disciplina deportiva), que al hacer demostraciones de sus habilidades fascinaron a nuestro público, motivándolo a construir espacios en los que se lo pudiera practicar.
Poco tiempo pasó para que se forme una gran cantidad de fanáticos. El crecimiento en la cantidad de seguidores y la demanda porque se incrementen las presentaciones justificaría la creación de un coliseo en el que se pudieran hacer dichas prácticas, naciendo así el Club Sport Vasco.
SEDE Y COMPETENCIAS INTERNACIONALES
Vale la pena destacar que este deporte llegó a tener un nivel tan alto de importancia en Guayaquil, que esta justificaría la traída de los principales jugadores del mundo para que realicen en nuestra ciudad demostraciones de su destreza.
En vista de ello, a fines de 1906, el empresario español Antimo Calpe, solicitará al Municipio de Guayaquil un permiso para establecer una cancha de “Jai-alai” en la ciudad, a fin de que en ella se lleven a cabo los encuentros con un sistema de apuestas similar al reglamentado en la ciudad de Lima – Perú.
La concesión dada por el Cabildo duraría cinco años, debiendo la empresa pagar la cantidad de cien sucres mensuales para mantenerla.
Esta disposición experimentaría justificados cambios, porque cuando la cancha fuera utilizada en competencias, el lucro obtenido por ellas debería generar algún impuesto, y era justo que esos ingresos fuesen gravados.
Luego del acuerdo con la Municipalidad, la empresa procedería a construir un edificio que tendría una pa
red exterior de nueve metros de altura, tres murallas de ladrillo y cemento armado, que servirían para alojar los graderíos y una serie de columnas de hierro de catorce metros de altura que servirían para sostener la cubierta del edificio.
La cancha sería construida en la calle Rocafuerte # 615, siendo tal la acogida que tuvo, que cuando no estaba ocupada para competencias era utilizada para dar instrucción de cómo aprender el deporte.
NIÑO PELOTARI Y EMPRESARIO
Es de destacar que Antonio Calpe, empresario que manejaba esta actividad deportiva en nuestra ciudad, no estaba domiciliado en ella sino en Lima y solo venía a Guayaquil cuando era indispensable su presencia.
Su representante, Leopoldo Lasheras se las arreglaba solo, pues gracias a su inteligencia, capacidad de trabajo y dinamismo, administraba, promovía y también jugaba en los ‘matchs’ organizados por él mismo.
Para 1908 este joven contaba ya con 27 años, aparentemente muy corta edad si no se considera que venía jugando desde los nueve y que a los diez ya había sido contratado como un ‘niño pelotari’ de características verdaderamente excepcionales.
Lasheras sería parte del equipo que estrenó el famoso Frontón de Valladolid, ciudad de la que saldría rumbo a México, a fin de introducir el juego del frontón en ese país.
Después de dieciséis meses, Lasheras pasaría con su equipo al Brasil para realizar juego en Río de Janeiro y Sao Paulo, obteniendo tanto éxito en sus presentaciones que algunos promotores lo contrataron junto a su cuadro para que jugase en Santiago, Valparaíso y Lima, que era la ciudad en la que se había conocido con Calpe, el que al ver su calidad humana y profesional lo contrató de inmediato para encargarle la administración de su empresa en Guayaquil.
ACTIVIDADES DEPORTIVAS Y SOCIALES
En 1908, la empresa de Calpe instalaría una planta de luz eléctrica en las acanchas con el fin de realizar juegos nocturnos prohibiéndose, paralelamente a ello, el acceso a menores de edad debido, principalmente a que l lugar era un sitio en el que se cruzaban apuestas.
Muy pronto se involucraría la empresa con la actividad social de la ciudad, por lo cual no era de extrañarse ver cómo se realizaban torneos, juegos y toda clase de eventos en su edificio con la finalidad de recoger fondos para entidades como la Junta de Beneficencia de Señoras o los Comités de Socorro para Auxilios Generales.
Su integración fue tal, que el Municipio les permitió promocionar tanto sus eventos como el nombre de sus ‘pelotaris’ en sus lugares públicos, llegando incluso a reglamentar por medio de ordenanza sus actividades deportivas y sociales.
Realmente nunca hemos llegado a entender cómo un juego tan consolidado en nuestra ciudad llegó desaparecer sin dejar más rastro que el de la historia de sus inicios.
El frontón o pelota vasca comenzó a practicarse en Guayaquil en 1906.
1. El nombre que se le daba a los jugadores de pelota vasca era el de pelotaris. 1
2. nota de prensa donde se menciona al frontón con fines benéficos. 2
3. Tarjeta en la que se invita a la inauguración de las canchas del frontón Beti Jai. 3