Bordados, el arte de la coquetería zuleteña / Embroidery, the art of Zuleta flare and finery
El origen preciso de la coquetería de las zuleteñas en su vestir es una cuestión que múltiples estudios no han logrado dilucidar. Sin embargo, las mujeres de esta comunidad son reconocidas en todo el país por sus finas camisas bordadas en alegres colores que hacen juego con las tradicionales faldas plisadas que ocultan sus rodillas.
Si bien las mujeres de comunidades vecinas utilizan camisas bordadas con leves variaciones (en Angochagua, por ejemplo, las pecheras eran intercambiables antiguamente), el estilo se ha generalizado como “camisas zuleteñas” como un símbolo tan importante de orgullo nacional que el actual Presidente de Ecuador lleva en sus presentaciones públicas una camisa bordada al estilo zuleteño (aunque los hombres de la comunidad nunca las utilizaron).
Ciertas fuentes señalan la probable introducción del bordado a la zona a fines del siglo XIX, mas como oficio característico de esta comunidad, y su aplicación a productos de mantelería, surge con la creación del Taller de Bordados de Zuleta por parte de Rosario Pallares, esposa del ex presidente ecuatoriano Galo Plaza Lasso, dueños de la hacienda. Su hija, Elsa Plaza cuenta que “ya el bordado era una tradición entre las indígenas” y recuerda que su abuela Avelina Lasso encargó un mantel bordado en lana para regalar en la década de 1930. El taller comenzó a funcionar en firme en la década de 1960 como una propuesta para que las mujeres que trabajaban en el ordeño generaran recursos propios.
Galo Plaza Lasso luego llevaría a seis mujeres indígenas a trabajar en el Hotel Quito y el éxito que tuvo su elegancia y presentación, contribuyó a alimentar el aura ‘chic’ que hoy se ve representada en una amplia variedad de productos que venden varios almacenes independientes (como Bordados Fanny y Bordados Estela en el callejón de ingreso a la Hacienda, o el almacén de artesanías de la misma y su tienda en Quito).
La Fundación Galo Plaza y el museo de sitio La Casa Aliso cuentan con colecciones de bordado que reflejan los cambios en las técnicas, diseños y motivos a través de los años. Es curioso encontrar en estas piezas antiguas muchas representaciones de frutas ajenas a la región, como piñas o cerezas, ¡y hasta el escudo de la bandera nacional! MB The origin of Zuleta’s elegance in dress is a question that many studies have failed to answer. No matter the origins, however, the women of the community are recognized nationwide for their fine embroidery in bright colors that matches their traditional knee-high pleated skirts.
While women from neighboring communities use embroidered blouses with slight variations (in Angochagua, for example, the collars used to be interchangeable), the style is so widespread in Zuleta it is now a symbol of national pride: the current President of Ecuador regularly appears with a Zuleteño-style embroidered shirt (although the men of the community never used them in this way). Some sources state that embroidery was first introduced into the area during the late nineteenth century. But its status as a true profession in the community, with its application to clothes, only arises with the Zuleta Embroidery Workshop, created by Rosario Pallares, wife of former Ecuadorian President Galo Plaza Lasso. His daughter, Elsa Plaza, says that “embroidery had long been a tradition amongst the locals” and recalls that her grandmother Avelina Lasso commissioned a wool embroidered tablecloth as a gift in the 1930s. The workshop began operating regularly in the early 1960s, aiming to help women working the land to generate additional income for their families.
Galo Plaza Lasso would subsequently bring six indigenous women to the Hotel Quito in the capital. The success of their elegance and presentation gave the entire embroidery market a sense of ‘chic’, present even today in the wide variety of products sold in independent stores (such as Bordados Fanny and Bordados Estela on the road leading to the Hacienda, the Hacienda’s on-site craft store, or at its shop in Quito).
Galo Plaza Foundation and the La Casa Aliso museum feature embroidery collections which reflect the changes in techniques, designs and motifs down the years. These antique pieces display all sorts of incongruous curiosities, from fruit from other regions, such as pineapples and cherries, through to Ecuador’s coat of arms! MB