Una actividad muy popular
En
primavera es común encontrar tripulaciones entrenando en ríos, lagos y canales de las costas del sur y este del país, una visión que constituye un pequeño espectáculo, con remeros sacudiendo el agua al ritmo rápido y regular del tambor.
Como deporte se ha convertido, de hecho, en una actividad muy popular para aumentar la cohesión entre vecinos y estudiantes, de manera similar a como pueden ser las traineras del Cantábrico español o las embarcaciones de remo en universidades anglosajonas, aunque con diferencias notables.
Tradicionalmente las embarcaciones de competi- ción llevan 22 personas (20 remeros, con un tamborilero en la proa para marcar el ritmo y un timonel a popa), aunque algunas llegan a tener medio centenar de integrantes, o también una decena, siendo mucho más populares entre los aficionados.
“En comparación con las regatas occidentales, nuestros remos son más cortos y las paladas se hacen de manera más vertical, adelantando el cuerpo en la clavada y retirándonos del agua también casi en vertical, muy bien sincronizados, para no golpear ni molestar al remero que tengamos detrás”, explica Wang Yi, instructor de remo, a orillas del estanque shanghainés del Parque Changfeng.
“Los barcos dragón no son de banco móvil, como en las embarcaciones occidentales, y el remo se lleva en la mano, por lo que el truco está en dar paladas muy cortas, verticales y bien sincronizadas”, reitera.
El resultado llega a ser impresionante, con todos los integrantes dando un gran impulso a estas afiladas naves al ritmo de los tambores de cada dragón, un espectáculo que hace brillar los ojos de entusiastas como Wang, que califica a la disciplina como la “reina” de los deportes de remo de China.