Perfil y consecuencias
Desde
la Psicología, este problema se produce cuando las personas han crecido en un ambiente poco tolerante, de mucha crítica, donde no hay afectividad, sino conflictos, rigidez religiosa extrema. Esto conlleva a que tengan una actitud negativa, cerrada y sobre todo ciertos temores de caer o vivir las experiencias que critica, explica el psicólogo Samuel Merlano.
Con la homofobia todos pierden, pues las consecuencias son para víctima y victimario. La primera cae en depresión, aislamiento total, crisis personales, ansiedad y en casos extremos el suicidio. El segundo padece irritabilidad, problemas sociales, intolerancia, emociones destructivas, deseo de venganza y en casos mayores daña directamente a la persona, sea por redes sociales o físicamente.
El homofóbico tiene contradicciones en sus conductas. Por un lado manifiesta odio y rechazo a las personas que viven o practican la homosexualidad, y por otro suele estar en contacto con ellas o incluso a veces tener vinculaciones afectivas con gais. Esas contradicciones internas de inseguridad en su identidad sexual hacen que sienta rechazo a sí mismo y una autocrítica, proyectándolo también hacia personas que se identifican con la homosexualidad, explica el profesional.
Dentro de este grupo hay dos tipos: los que huyen y buscan a toda costa evitar el contacto con gente homosexual (directa o indirectamente); pueden llegar a sufrir pánico, ansiedad, depresión si están en contacto (trabajar, estudiar con ellos); se genera aversión y manifiestan las reales características de una fobia. Pero hay otro grupo que más bien va hacia ellos para humillarlos, agredirlos y en ciertos casos llegan a tener relaciones con ellos para “hacerlos sentir mal” y condenarlos, mostrándoles repugnancia, dice el psicólogo.
“Muchos no reconocen el problema. Por eso es difícil llevarlos a tratamiento psicológico. De reconocerlo, se le puede someter a una terapia que lo llevará a reflexiones profundas sobre la vida y el manejo de las emociones y creencias, a través de la cual lograr flexibilizarse ante las distintas tendencias ideológicas y de género, de tal modo que armonice y acepte las diferencias aunque no esté de acuerdo con ellos o ellas”, comparte el experto.