ENTREVISTA
PATRICIO ZUQUILANDA MIRA HACIA LA BANCA INTERNACIONAL
FORMÓ PARTE del gobierno de Lucio Gutiérrez, régimen que con el entonces Congreso Nacional desintegró la Corte Suprema de Justicia presidida por el Dr. Hugo Quintana. El edificio fue rodeado por la policía, fuerza pública subordinada al Ministerio de Gobierno. El ministro de Gobierno de entonces era Jaime Damerval. La Policía Nacional tenía la consigna de sacar a los entonces magistrados y así lo hizo. Luego de eso vino lo que recordamos como la ‘Pichicorte’. Hoy quiere ser presidente de la República y en sus discursos de campaña promete una justicia independiente. Se trata de Patricio Zuquilanda, a quien entrevistamos y quien empieza agradecido por este espacio y dice ser guayaquileño.
Pensé que era de Loja…
No. Tengo mis raíces lojanas. Mi padre es macareño.
Algunas veces lo he oído decir que es de Loja.
Bueno, es por sentimiento, tengo mucha conexión con las zonas fronterizas. Soy uno de los pioneros de los desarrollos fronterizos en el Ecuador. Nací en Guayaquil y muy pequeño me fui a Quito.
Si cree que una justicia independiente es fundamental, ¿por qué no renunció al gobierno de Gutiérrez tras lo sucedido con la Corte Suprema de entonces?
Como usted ha dicho, yo solo fui ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Gutiérrez. El manejo político no estaba a mi cargo y me parece que, con mucha honradez, es un tema que el país ha superado por una decisión internacional. Cuando sucedió eso, la Corte Interamericana de Derechos Humanos decidió compensar a esas personas y extensamente compensadas por ese hecho; pero la verdad es que los detalles no los sé, y si vamos a hablar de 12 años antes me gustaría hablar de asuntos internacionales.
Seguro lo haremos, tengo preguntas en ese sentido. Pero este es un tema que vincula íntimamente a los políticos: la lealtad a las convicciones. Si usted creyó siempre en la independencia de poderes, al ver la gravedad de lo que hizo Gutiérrez ¿por qué no renunció a un gobierno que hizo que el Estado ecuatoriano sea condenado internacionalmente? Creo que los gobiernos, en el mundo, hacen buenas cosas y también yerran. Así que si en eso de la Corte hubo error, está saldado. Me parece que el expresidente Lucio ha pedido disculpas.
No recuerdo que lo haya hecho...
De lo que sé, no fue él quien puso fuera a la Corte. Lo que digo ahora es lo siguiente: las naciones no pueden seguir cometiendo errores. Creo que la independencia de poderes es fundamental para la vida pacífica de la sociedad.
Como lo hará realidad. Así lo haré. ¿De qué manera?
Lo he dicho algunas veces: los poderes del Estado deben de ser independientes.
Si se quiere ser presidente de la República se está sujeto a ser cuestionado. La gente quiere saber cómo y por qué una época permitió algo como normal y luego propone lo contrario. Por ello, le pregunto otra vez cómo garantizará independencia de la justicia si usted siguió con el gobierno que tumbó una Corte...
Conozco bien esto, porque estuve en San José, fui representante del Ecuador en la OEA y sé cómo es la mecánica de esa organización. Y los exmagistrados fueron indemnizados.
Indemnización es una cosa, Ecuador fue sentenciado por violar los derechos humanos. ¿Cuál es su propuesta concreta para evitar que eso siga sucediendo?
Me preocupa que sigamos hablando de este tema. Yo eso no lo voy a hacer.
Usted dijo en su campaña anterior que endurecerá las leyes en el campo penal. ¿Sigue pensando así o no? ¿Cuál es su propuesta ante la delincuencia?
Las personas evolucionan. Desde la época que usted menciona pasaron unos cuatro años. Ahora estoy convencido de la prevención y vuelvo a los orígenes de mi profesión de abogado. Soy penalista e hice la tesis doctoral de prevención del delito. Ahora me doy cuenta de que Ecuador necesita un programa cultural para prevenir. Fui embajador en Singapur, allí hay penas durísimas y eso no ayudó a que el delito se redujera. El Estado debe crear programas culturales que motiven a no cometer delitos por convicción, elegir no delinquir. Eso se consigue con campañas culturales que en otras partes
125 asesores tenía Ricardo Patiño, 70 eran extranjeros y ahora contamos con canciller extranjero”. Lo que se ha formado es un oligopolio banquero que tiene ahorcada a la clase trabajadora”.