El mercado se adapta
Hace unos años eran pocos los que conocían o practicaban yoga en la urbe. Pero los días no son los mismos, y los factores que priman en la vida cotidiana, tampoco. Jorge Andrade, director general de Scanbrains, consultora de branding e investigación de mercado, entiende que este auge por la práctica se dispara por el cambio de los hábitos alimenticios, ya que las personas cada vez están más vinculadas al consumo de productos orgánicos. Algunos incluso optan por convertirse en vegetarianos. Las marcas, al reconocer estas tendencias, lo que buscan es ofrecer una experiencia de relajación, que se vincule con los productos que ofrecen. “Los diferentes tipos de yoga serían una estrategia para captar gente... La tendencia del yoga creo que es un tema netamente oriental que poco a poco fue perdiendo su esencia, su concepto como tal”, devela. Una encuesta realizada por Scanbrains el pasado abril a 300 personas determinó que el 2,21 % recurre a prácticas orientales como el yoga, taichi, chi kung y meditación para disminuir el estrés. aclara que hay que seguir preparándose, pues quien evalúa el avance no es Yoga Alliance. En Ecuador se han certificado cerca de 60 personas. Simha Rambay, director de Narasimhna Yoga, escuela regulada por la asociación (ISKCON) y dirigida desde la India, menciona que todos los profesores deben cumplir con los cuatro principios básicos: “No intoxicar tu cuerpo, no causar daño ni sufrimiento de ningún animal, no malgastar el dinero, no sexo ilícito”. Añade que hacer un curso de yoga no significa que se aprenderá todo. Por eso recomienda elegir bien con quién se estudiará.