La adicción al celular afecta a los nativos digitales
ESPECIALISTAS EXPLICAN CÓMO EL EXCESIVO USO DEL MÓVIL LES AFECTA EN SU RENDIMIENTO ACADÉMICO Y QUÉ HACER AL RESPECTO.
LA ESCENA SE REPITE en todos lados. En la calle, gente con la cabeza inclinada pendiente de su teléfono celular, sin inmutarse ni para ver el semáforo. En el carro, conductores haciendo maniobras con el volante para poder revisar el último mensaje que les llegó. En los restaurantes, donde los comensales se convierten en islas al sumergirse en el mundo virtual. Y en las universidades, donde los estudiantes son los protagonistas.
Según una investigación realizada con 2.000 usuarios de móviles inteligentes (2015) en EE. UU., las personas revisan su dispositivo 215 veces al día, es decir 1.500 veces por semana. El informe, publicado en el Daily Mail, destaca que la primera acción al levantarse es revisar las redes sociales y el correo electrónico.
Pero la costumbre de hacerlo nació, posiblemente, en 2007, cuando el fundador de Apple, Steve Jobs, daba a conocer al mundo el primer iPhone inteligente (pantalla táctil, wifi y correo electrónico), época en que los millenials (generación nacida a finales de los 80) o nativos digitales eran niños y para ellos los celulares, las aplicaciones y las redes sociales se convirtieron en herramientas naturales de su día a día.
El fallecido magnate del sector informático no imaginó, quizás, que su invento no solo sería una importante herramienta de comunicación e investigación, que lo es si se le da un uso adecuado, sino que serviría también para que el joven se desconcentre de su objetivo principal: estudiar.
En etapa de maduración
El presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Bipolaridad, Carlos Jaramillo, explica que la de-
pendencia a los celulares está más relacionada con los jóvenes, aunque es evidente que los adultos también la padecen.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC-2016), del 65,3 % de las personas de entre 15 y 24 años que tienen un teléfono activado, el 73 % usan smartphones, grupo etario que es más susceptible a su uso excesivo, debido a que además de ser nativos digitales, sus mecanismos de defensa emocional aún están en etapa de maduración y pueden hacerse fácilmente dependientes, porque estos medios les dan la sensación de seguridad, compañía y comunicación, destaca Jaramillo.
La adicción al móvil se llama nomofobia, neologismo compuesto por el adverbio ‘no’, la forma abreviada ‘mo’ (móvil) y ‘fobia’ (temor irracional), que significa ‘miedo irracional a quedarse sin celular’.
Claudia Chávez, psiquiatra especializada en adolescentes, expone que la dependencia al móvil es una adicción conductual, no establecida aún dentro de codificación diagnóstica como tal, pero que está dentro de los trastornos de control de los impulsos, junto a otras adicciones no tóxicas como al ejercicio, Internet y la pornografía.
La especialista coincide en que los jóvenes son los más afectados, pero agrega que depende también de factores de personalidad asociados, como extraversión (tendencia a ser extrovertido) y neuroticismo (inestabilidad emocional), que podrían aplicarse a distintas edades. Se suma la falta de aplicación de habilidades sociales y lúdicas en la adolescencia, lo que hace que un medio para extrapolar sus necesidades y explotar sus debilidades sean las redes sociales.
“La necesidad de aceptación de su medio inmediato es a través de los ‘me gusta’ que reciben, en vez de la interacción real. Estamos ante una generación de individuos ávidos y sedientos por atención, pero sin mucho anclaje ni bagaje cultural para defenderse en el plano real”, enfatiza.