ERNESTO PALADINES: 30 AÑOS CONFORTANDO A LOS PACIENTES DE SOLCA
EXPRESA EL GALENO QUE EN LA SUPERVIVENCIA DEL CÁNCER INFLUYEN LA GENÉTICA, EL DIAGNÓSTICO PRECOZ, LA CALIDAD DE LA MEDICINA Y LA FE.
SU PADRE fue un ejemplo de servicio y tenía claras las cosas importantes: a la gente había que servirla y bien. Supongo que como todos los aprendizajes valiosos entran a la cabeza con el ejemplo, fue así como le sucedió a nuestro invitado, el doctor Ernesto Paladines Paladines, quien con igual vocación, durante más de treinta años, guarda fidelidad a los enfermos de cáncer. Estudió medicina en la Universidad Católica de Guayaquil y se especializó en el Hospital Saint Lazare de París en gastroenterología y endoscopía digestiva.
¿Siempre quiso combatir el cáncer?
Desde que regresé al país quise trabajar en el diagnóstico y prevención del cáncer de tubo digestivo. El lugar idóneo era el Instituto Oncológico Nacional (Solca), al que ingresé en 1989, primero como médico adscrito al servicio de gastroenterología y luego como médico tratante, que es el cargo que ocupo hasta hoy. Fui jefe del servicio de 2007 a 2012 y director del Posgrado en Gastroenterología.
Y sigue en ese mismo lugar.
Trabajar en Solca me permite aportar con mi conocimiento y experiencia. Además contamos con tecnología de punta, lo que nos mantiene a la vanguardia en medicina oncológica.
¿Qué sentimientos le provoca esta institución?
Solca pone énfasis en la investigación y la docencia. Tenemos una revista especializada en donde publicamos valiosos trabajos científicos. Así también, contamos con diferentes posgrados. Con orgullo puedo decir que desde hace veinte años formamos generaciones de gastroenterólogos.
Esa motivación alivia el sacrificio que implica ser médico de pacientes con cáncer.
Para mí no es un sacrificio. En mi profesión he vivido momentos dramáticos, sobre todo en casos de pacientes jóvenes, o de padres de familia que son el sustento de su hogar pero tienen una enfermedad muy avanzada. Pese a contar con los equipos necesarios y nuestra predisposición, no siempre es suficiente.
¿Qué causa el cáncer, sobre todo el de colon?
Entre los factores ambientales, tenemos el alto consumo de carnes rojas y grasas saturadas, las dietas ricas en calorías, la obesidad, la vida sedentaria y el consumo de alcohol y tabaco. En tales casos, los factores de protección son el consumo de vitaminas y antioxidantes. En cuanto a los factores genéticos, tenemos la denominada poliposis adenomatosa familiar, el síndrome de Lynch, el cáncer colorrectal familiar y las enfermedades inflamatorias
del intestino. El 80 % de los cánceres colorrectales son esporádicos, el 10 % tiene un origen familiar, del 5 al 10 % son hereditarios. El 90 % se presenta en personas mayores de 50 años, siendo el pico de incidencia entre los 65 y 75 años. Lamentablemente, el 60 % de los casos está avanzado al momento del diagnóstico.
¿Se lo puede prevenir?
Mediante una videocolonoscopía en personas asintomáticas y sin antecedentes personales o familiares a partir de los 50 años. La finalidad es detectar la presencia de pólipos (crecimiento anormal del tejido), que se pueden extirpar.
¿Quiénes deben hacerse la colonoscopía?
Todas las personas a partir de los 50 años, asintomáticas y sin factores de riesgo. El examen se repite luego de 10 años si es normal. En las personas con antecedentes familiares es igual. Quienes tienen antecedentes de cáncer colorrectal o pólipos en un familiar de primer grado deberán comenzar a los 40 años. Los pacientes portadores de poliposis adenomatosa familiar deberán comenzar a los 12 años. Y quienes tienen antecedentes familiares con síndrome de Lynch, a los 20 o 25 años.
¿Existe alguna enfermedad que predisponga?
Las enfermedades inflamatorias intestinales como la colitis ulcerativa y la enfermedad de Crohn.
Las estadísticas indican que el cáncer de colon ha superado al de estómago. ¿A qué se debe?
Esto ocurre en los países anglosajones y del sur de América. En nuestro país el cáncer gástrico sigue siendo el más frecuente, sin embargo está creciendo debido a dietas ricas en grasas y frituras.
Son casi 30 años siendo fiel a sus pacientes. ¿Qué es lo más duro?
Es difícil encontrar palabras adecuadas, trato de que mis pacientes no se asusten.
Hay personas que sobreviven. En medicina nada es perfecto, pero puedo decir que influyen la constitución genética, lo precoz del diagnóstico, la calidad de la medicina y la fe.
La fe, ¿en serio?
La fe influye en el estado de ánimo, eso es real. He visto pacientes con un proceso menos doloroso.
¿Se encontrará algún día una cura definitiva?
Tenemos que preguntarnos cuán posible será para los grandes intereses. La quimioterapia genera ganancias, y estas deberían invertirse en encontrar una cura.
Todos los días, desde el año 1989, ha venido a Solca. ¿Quiere seguir haciéndolo hasta el final de sus días?
Sí, hasta el final. No cambiaría la decisión de ser médico tratante de cáncer.
Mi invitado quizás no es autor de una cura y no dice otra cosa más sobre la enfermedad de lo que ya sabemos, pero es fiel a los enfermos, a aquellos que reciben su tratamiento entre la gratitud y el temor de sentirse aniquilados. A los que les secuestraron su seguridad al ser diagnosticados. Fiel día a día, sabiendo que la rutina laboral no permite valorar la constancia de quien se entera antes que nosotros de que la vida ya nos hizo escuchar ‘la primera llamada’.
Confieso que me cuesta ver niños y jóvenes con cáncer”. Las quimioterapias generan muchas ganancias y espero que estas se inviertan en una cura para esta enfermedad”.