Disfruto viajando por el mundo
LE AGRADECEMOS a Edmundo su tiempo y le confesamos que nos sorprendió saber que era mucho más joven de lo que imaginábamos. No solo es quien maneja la cadena de hoteles Oro Verde en el país, sino padre de tres hijos. Está casado con Mónica González.
¿Ecuatoriana?
No, estadounidense y de padres cubanos. Nos conocimos en los Estados Unidos, país donde fui a vivir luego de que mis padres se separaron. La conocí en época de colegio. Nos enamoramos más tarde, durante mi vida universitaria mientras estudiaba Finanzas en Florida Internacional University.
Pensé que había estudiado Hotelería...
No, eso fue después. Le cuento que cuando regresé al país, mi abuelo materno, Pepe Antón, que era uno de los socios fundadores del hotel Oro Verde, me propuso que manejase las empresas. Consideraba que yo era el ideal. Así empezó mi carrera de hotelero, desde abajo, pelando papas, tendiendo camas. Mi abuelo me decía que yo tenía que saber hacer de todo y hacerlo bien. Por eso me fui a hacer una maestría en Hotelería y Turismo por dos años en EE. UU.
Sueña con retirarse manejando dos hoteles, uno, que opere en las montañas y, el otro en la playa. mi primer proyecto y la verdad fue duro hacerlo. En primer lugar, el desafío de construir conservando el diseño de una répilca hueca del hospicio de la Junta de Beneficencia. Había que respetar el estilo de ventanas clásicas, trabajar desde un edificio bien cuadriculado. Entre diseño y diseño hemos obtenido habitaciones grandes, con áreas sociales e internas. Quedó perfecto y en armonía con el estilo que ofrecemos.
Otro factor que hizo complejo el reto es que la propiedad es del Estado y la alianza estratégica siempre puede verse amenazada por los cambios institucionales e incluso la desaparición de ciertas instituciones como sucedió en este caso. Hoy está a cargo de Inmobiliar. ¿Alguna aventura deportiva especial?
He hecho un par de competencias, me gusta correr. Una excelente experiencia fue competir hace cuatro años en un triatlón en San Francisco, California, que se llama El escape de Alcatraz. El agua es helada, congelada. ¡Fue fantástico!
¿Cómo se le ocurrió participar de ese tipo de competencia?
Porque un amigo me dijo que no solo es difícil hacerla sino ser aceptado como competidor. El sorteo se realizó y fuimos favorecidos. Este año animé a otro amigo, Ricardo Vásquez, para repetir la hazaña en junio del 2019.
y de lo que los hoteles me puedan ofrecer”.