IRRESISTIBLE
De regalo real, el chocolate ha pasado a regalo popular, con usos y combinaciones diferentes, convirtiéndose, incluso, en elemento principal de una mesa de celebraciones, sin demanda de lujo ni ostentación. El dulce sabor del chocolate es un regalo a la vista, al olfato, al gusto...
Usted puede ir a una juguetería o cualquier otra tienda y comprar para su hijo el objeto más caro o el que está de moda, pero lo mejor es darle uno que fomente y desarrolle sus destrezas, sean estas artísticas, deportivas, gastronómicas, entre otras.
Priscilla Campoverde, máster y especialista en educación infantil, no solo se centra en el elemento, que por lo general se trata de un juguete, sino que aconseja ir más allá. Por ejemplo, si a su hija le gusta cantar, cómprele un micrófono de juguete para que ella entone sus melodías favoritas, pero no se quede allí, créele momentos positivos relacionados con su interés; esto es, organizar una presentación para la familia, como una especie de show, o que sea ella la encargada de los villancicos en una posada navideña. Lo hará con gusto y se preparará para la gran noche.
Los niños necesitan compartir y generar emociones en torno al juego. “Hay juguetes que cambian la vida o incluso nos permiten descubrir talentos personales desde pequeños, como la primera bicicleta para un futuro campeón de ciclismo. Debemos permitir a nuestros hijos soñar. Y en la infancia se siembran los sueños más importantes”, manifiesta la experta.
Ella hace hincapié en darles otros presentes, muy valiosos, o más bien enseñarles la gratitud y generosidad, valores que se fijarán por el resto de sus vidas si usted los cultiva.