Imagen impecable, siempre
Jimena Babra es canciller de la Universidad Casa Grande, y no poder realizar las actividades académicas personalizadas ha sido lo más difícil de este confinamiento, pero lo ha superado haciendo uso de las herramientas tecnológicas y de su buen humor.
Lo primero que hizo fue acondicionar su oficina en el cuarto de su hija (que estudia una maestría en el exterior) que es confortable, cálido y tranquilo, ideal para poder concentrarse en sus tareas laborales. Anhelado silencio que en algunas ocasiones se vio interrumpido por sus tres mascotas que como “diablos en botella” una vez sueltas, ladraban, corrían de un lado a otro o se trepaban en su falda. Sin parar de reír revela que Rambo, el más malcriadito, un Yorshire Terrier de 10 meses, curioso, asomaba su cara en la pantalla del computador y se quedaba contemplando.
A la hora de teletrabajar, dice, hay que ponerse horario, y cuidar la imagen, por eso ella luce ‘digna’ de la cintura hacia arriba con su cabello prolijo, maquillaje, blusa y saco impecables. “Así ante una llamada inesperada no tendrás que fingir diciendo uy, espera, algo pasa, la señal está pésima, mejor apago la cámara, y dejas solo en audio porque claro, no quieres que te vean despeinada, con lagañas o aún en pijama” (no para de reír).
Admite Jimena que estos son gajes del oficio de los primeros días y que le han puesto la nota de humor, tan necesario, en tiempos de aislamiento, pero que luego ella junto a su esposo e hijo (quienes también están conectados en casa) se organizaron y respetan sus espacios.