Angélica Sanchez La constancia y el empeño son el secreto de su éxito
Ella es la PRIMERA INVESTIGADORA Y CATEDRÁTICA ECUATORIANA en formar parte del ranking de los 40 mejores profesores de negocios menores de 40 años a nivel mundial.
Dicen que la suerte es lo que sucede cuando la preparación se encuentra con la oportunidad. Y si existe una persona que sea un ejemplo de aquello es Angélica Sánchez Riofrío, a quien su dedicación, esfuerzo y trabajo investigativo la puso en la mira de Poets and Quants, una prestigiosa organización de Estados Unidos que evalúa la educación empresarial a nivel mundial.
Esta valoración es representada con el reconocimiento `Best 40 Under 40', que identifica a los profesores jóvenes más talentosos que actualmente enseñan en programas de MBA. Y Angélica destacó entre 2.240 nominados convirtiéndose en la primera docente de una universidad latinoamericana en aparecer en ese listado.
Con la calidez e ilusión, que mantiene desde que era una estudiante, recibió a SEMANA en el Área de Negocios de la Universidad Espíritu Santo, en donde trabaja como docente de grado y posgrado hace ocho años. Ahí contó cómo la constancia y el empeño son el secreto de su éxito.
“Me dediqué enormemente a mejorar mi perfil apenas supe del ranking en un congreso en Chicago. Allí conocí a la profesora Olga Hawn, de la Universidad
de Carolina del Norte que había ganado este premio en el 2019”.
Y como un regalo del destino, la noticia, para la que se estuvo preparando durante 3 años, llegó 2 días antes de su cumpleaños. “Me llenó de una alegría inmensa porque es un reconocimiento profesional a todos mis años de esfuerzo”.
Y es que su camino hacia la excelencia ha sido imparable, fue la mejor bachiller y se graduó con honores en ingeniería en Negocios Internacionales, así como en su maestría y doctorado. Por lo que ahora con emoción y gratitud, cosecha los frutos que ha ido sembrando a lo largo de su vida.
“Yo amo lo que hago, es mi pasión e intento hacerlo lo mejor posible tanto con mis estudiantes como con los diferentes artículos científicos que publico”.
La cátedra como parte de su ADN
El recuerdo de su padre impartiendo clases en la carrera de Odontología de la Universidad de Guayaquil persiste en su memoria como su primer acercamiento a la docencia.
“Mi hermano y yo lo acompañábamos, porque mi mamá también trabajaba y no teníamos a nadie que nos cuidara en ese momento. El primer día él se presentaba a sus alumnos proyectando nuestra foto familiar en esas diapositivas de acetato antiguas,
ese gesto me marcó así que ahora hago lo mismo el primer día de clases, pero mostrando una foto junto a mi esposo y mi hija”.
La constancia y la importancia del estudio la aprendió de sus abuelos, quienes a pesar de ser personas del campo y no recibir educación primaria hicieron lo que estuvo a su alcance para educar a sus 12 hijos. “Mi abuelita me decía: a nosotros solo nos enseñaron tres cosas: leer y escribir, las operaciones matemáticas y a rezar”.
Por otro lado, Angélica sostiene que son sus estudiantes sus verdaderos maestros. “Con ellos todos los días aprendo algo. Los de grado me enseñan a tener esa esperanza de cambiar el país y los de posgrado a esa practicidad y resolución de conflictos de lo que actualmente ocurre en el mundo empresarial”.
Su amor por la investigación
A sus 21 años tuvo su primera experiencia académica internacional. En 2006, el gobierno japonés le otorgó una beca que hizo que empaque su conocimiento y valentía en una maleta con rumbo al país asiático.
“Mis padres ni siquiera me dejaban dormir fuera de casa, entonces estaban muy preocupados. Me decían si pasa algo, cualquier cosa, nos avisas, no te preocupes que ahí nosotros como sea te pagamos el regreso”, cuenta entre risas.
Esto la preparó para que, en el futuro, junto con su esposo, se trasladara a Madrid durante 7 años para hacer su maestría y doctorado. “Me ofrecieron la oportunidad de unirme a un proyecto y me explicaron cómo investigar qué hacen las empresas para ser más eficientes y tener mayor rentabilidad lo que me abrió todo un mundo nuevo y ahora soy miembro del Grupo Internacional de Investigación Strategor de España”.
Sin embargo, el anhelo de formar una familia y retribuir a Ecuador lo que había aprendido la hizo regresar a un país que en ese entonces supo reconocer su valía y le abrió las puertas de las universidades. “Yo fui la primera PhD que contrató la UESS. Vine antes de los 30 con mi doctorado. Era de las más jóvenes y la primera con un doctorado en Ciencias de la Empresa”.