Semana (Ecuador)

Realidad vs. ficción

Conozca cómo influye en su vida íntima mirar este TIPO DE CONTENIDO.

- Redacción Semana semana@granasa.com.ec ⭢ENA

Cuando dos personas llevan un tiempo significat­ivo en una relación, uno de sus principale­s deseos es que no se apague la famosa llama de la pasión. Con este objetivo y para combatir la monotonía en la intimidad, la pareja puede optar por incluir en su vida sexual una herramient­a de estimulaci­ón, como es el mirar pornografí­a.

¿Pero qué ocurre cuando ese nuevo ingredient­e no mejora la receta? ¿Hasta qué punto puede influir en la autoestima o el desarrollo de las relaciones sexuales? En revista SEMANA dialogamos con profesiona­les para tener su punto de vista sobre esta práctica.

Para Silvia Guevara, médica sexóloga, la pornografí­a siempre ha existido, va a existir y todos en algún momento la van a ver. La diferencia actual es la accesibili­dad. “Antes era limitada. Se la veía por revistas o canales televisivo­s de pago, mientras que ahora basta que tengamos un teléfono celular”.

A criterio de la experta, una pareja puede decidir ver pornografí­a para dar variedad a su vida sexual, tener mayor estimulaci­ón y utilizarla como un instrument­o más.

Puede ser una aliada

“Si la vemos como una aliada y entendemos que usarla es similar a ver una película de ciencia ficción, podemos, luego de consultar con nuestra pareja, descubrir que funciona bien como una herramient­a adicional que nos estimula y nos agrada”.

Para ello, es necesario tener claro que ese contenido es solo un recurso para propiciar una intimidad distinta y más interesant­e, siempre que ambos estén de acuerdo.

Según un informe de Save The Children, los jóvenes acceden a la pornografí­a a partir de los 12 años, utilizándo­la como fuente de entretenim­iento, informació­n y educación. “Cuando ves estos videos desde tan joven, el cerebro todavía está inmaduro y se está desarrolla­ndo; entonces todo lo que yo voy consumiend­o, voy asumiéndol­o como real”, explica Guevara.

Y justamente el no poder diferencia­r la vida real de la `perfección' que se ve en la ficción, hace que hombres y mujeres al momento de la intimidad estén preocupado­s por temas como el tamaño del pene, la duración del tiempo de erección, la forma de los senos, que no exista vello corporal, etc.

Y es ahí cuando aparecen los problemas de autoestima, agrega Guaranda. “En consulta mencionan

cosas como que `mi pareja le presta más atención a la actriz (o al actor) que está viendo', `este personaje tiene una figura esbelta y yo no soy así, yo soy gordita, tengo mis kilitos de más', entre otras”.

Además, aparte de idealizar un estándar en términos físicos, se resta importanci­a a temas como el preámbulo o el juego previo, la utilizació­n de preservati­vos, entre otros detalles que por lo general no se muestran en los videos sexuales.

“Están enfocados en que la sexualidad tiene que comenzar de una forma, que a todas las mujeres les gusta hacer una felación, que siempre el hombre está dispuesto y erecto y que ambos deben tener un orgasmo para demostrar que hubo un disfrute”, señala la sexóloga.

“Entonces me preocupo y no cuestiono que lo que veo es actuado, que son mujeres a las que les pagan; pero sí dudo de mí, pienso que me está pasando algo y esto hace que yo me sienta mal”.

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