Afirmaciones y decretos para una vida feliz
Utilizarlos en su vida diaria es hacer valer el DERECHO DIVINO DE CONECTARSE con el universo de las oportunidades.
AFIRMAR es un medio sencillo y práctico para crear la realidad que desea. Las afirmaciones positivas nos dan la oportunidad de ser y estar en consciencia con lo que pensamos, decimos y creemos; es construir de manera consciente nuevas y mejores verdades, y dejar de ser un espectador o víctima de las situaciones que suceden en el día a día.
Decretar y afirmar disminuyen el estrés, aumentan la sensación de bienestar y abren la mente para mejoras y cambios en el estilo de vida. Esto no es magia ni charlatanería, todo comienza con el diálogo mental, la idea es transformar los pensamientos negativos en positivos.
Reemplazar las palabras
Nuestro diálogo interno es determinante a la hora de aportar hábitos sanos o dañinos en la vida. Hay que reprogramar la mente subconsciente, dejar de usar frases como: no puedo, es difícil, no tengo, nada me sale bien, y reemplazarlas por: sí puedo, lo voy a hacer, es sencillo, todo está en el correcto orden divino.
Con cada pensamiento que se tiene se crea una emoción y esta es energía en movimiento, que emite una vibración y una frecuencia; somos por lo tanto una antena que manda y recibe constantemente vibraciones electromagnéticas. Seamos o no conscientes estamos difundiendo ondas de alegría, confianza, fe, gratitud o enojo, rechazo, miedo. Somos un imán y como tal, no atraemos lo que queremos sino lo que somos.
Creer para crear
Cuando se hace una afirmación, se busca crear algo bueno en la vida, pero si en lo profundo del ser, hay una creencia de que no se es digno de aquello, esta no se va a hacer realidad. Por ejemplo, si repite “mi corazón está abierto y receptivo a dar y recibir amor” pero sus experiencias pasadas se lo impiden, es preferible primero ser consciente de aquello que obstaculiza abrirse al amor.
Acompañe las afirmaciones con acciones. Si lo que desea es bajar de peso pero lleva una vida sedentaria, con malos hábitos alimenticios y sin descansar lo suficiente, de nada sirve repetir “estoy en mi peso ideal”.
También hay palabras que el cerebro las acepta mejor, por ejemplo: “Debería levantarme temprano y hacer ejercicio” versus “elijo cuidarme o levantarme temprano y salir a caminar”, “debería hacer dieta” versus “elijo comer sano”.
➤ Ingredientes:
Carne de cerdo, fréjol negro, arroz, cebolla, tomate, pimiento, ajo, comino y sal, mantequilla, cebolla blanca, perejil, mozarella.
➤ Preparación:
Cocinar el chicharrón. Reservar la grasa de la paila y la carne del chicharrón aparte. Al mismo tiempo, preparar el arroz blanco. Cocinar el fréjol negro con un clásico refrito de cebolla, tomate, pimiento, ajo, comino y sal. En una sartén de hierro, colocar mantequilla, cebolla blanca, ajo fresco, el chicharrón y los fréjoles. Agregar fondo o caldo para evitar que se reseque y añadir poco a poco el arroz, para finalizar con perejil finamente picado y queso mozzarella rallado. Adicionar una cucharada de la manteca o grasa de cerdo reservada de la fritada y revolver. Servir enseguida adornado con queso mozzarella rallado y un tomate cherry.
➤ Ingredientes:
Perejil, orégano, ajo, vinagre, aceite, sal y pimienta.
➤ Preparación:
Los ingredientes secos se deben picar muy chiquito o utilizar un mortero para el efecto. No utilizar procesador porque cambia la consistencia. Una vez triturados o picados, se debe mezclar y colocar en un frasco de vidrio previamente esterilizado, con el vinagre y el aceite. Dejar macerar algunas horas y almacenar en la heladera. Consumirlo antes de las 48 horas.
La clave en la preparación son las proporciones. Mitad de la receta es líquida (aceite y vinagre) y la otra mitad son los secos; por cada parte de aceite, se considera la mitad de vinagre (1 tz. de aceite de maíz o de oliva , ½ tz. de vinagre blanco). Si no desea tan ácido, disminuir la cantidad del vinagre.