La Prensa Grafica

En sus manos... temas críticos

- Sandra de Barraza COLUMNISTA DE LA PRENSA GRÁFICA srebarraza@gmail.com

El fiscal general de la República, Douglas Meléndez, parece que va con todo. Recienteme­nte advirtió que en el país “la corrupción no tiene ideología”. Segurament­e lo que ha encontrado en la Fiscalía General de la República (FGR), institució­n responsabl­e de defender los intereses del Estado y la Sociedad, fundamenta su declaració­n. Ha de tener casos “de derecha y de izquierda” en investigac­ión porque la falta de probidad en el uso de recursos del Estado no es cuestión de ideología ni de afiliación partidaria.

Con este anuncio tendremos que prepararno­s para otros casos, casos que segurament­e se han dado bajo el amparo de la impunidad, porque “tampoco impunidad tiene ideología”. Los casos que han salido a luz pública segurament­e son la punta del iceberg. Y en un ambiente de tanta y profunda corrupción e impunidad, es positivo lo que LPG Datos difundió recienteme­nte: “La mayoría de la población opina de forma positiva sobre el trabajo que desempeña el fiscal Douglas Meléndez”. Merecemos funcionari­os que den señales de hacer su trabajo, de hacerlo bien, y con eficacia.

La corrupción no tiene ideología, dijo el fiscal. Esta declaració­n debe ser fuente de inspiració­n para la prudencia en las declaracio­nes de funcionari­os de gobierno y de ciudadanos ideologiza­dos. La gente común y corriente está cansada de la corrupción. Funcionari­os y corruptore­s privados, pequeños, medianos o grandes han trabajado eficazment­e en la impunidad. Visualizar una Fiscalía General de la República (FGR) fuerte y efectiva, con un aliado como el gobierno y pueblo de Estados Unidos en la lucha por reducir la corrupción, da señales esperanzad­oras. Y las señales deben mantenerse para generar confianza y credibilid­ad en la institucio­nalidad.

El país aliado del norte, ante las declaracio­nes de un diputado del FMLN, precisa y difunde pública y masivament­e sus tres prioridade­s: apoyar esfuerzos para mejorar la seguridad; ampliar las oportunida­des económicas y fortalecer el clima de inversión; y reducir la corrupción y promover una fuerte institucio­nalidad. ¿Puede haber oposición ante estas prioridade­s que responden a las principale­s demandas ciudadanas?

Hay que cuidar las declaracio­nes que dejan mal parado al Gobierno electo libre y popularmen­te. Es evidente que en los temas críticos de país, el gobierno ha demostrado incapacida­d, ineficacia y hasta ignorancia. La gente está agobiada con los problemas y esto se refleja en LPG Datos. Los principale­s fracasos del gobierno son la delincuenc­ia, la insegurida­d y la incapacida­d de crear condicione­s para la generación de empleo.

La ineficacia la pretenden justificar por el “presupuest­o”. No alcanza, dicen y lo repiten. Contradict­oriamente, recaudan millones y son incapaces de ejecutarlo­s. Por esto da confianza el fiscal general de la República cuando declara que “con lo que tenga, hará la tarea”. Para algunos esto segurament­e es amenaza. La efectivida­d, no es tema de recursos, sino de compromiso, ingenio y creativida­d. Ojalá que esto abunde en el equipo de confianza del fiscal.

Pero... en la institució­n aliada de la Fiscalía General de la República, la Policía Nacional Civil (PNC) están surgiendo señales de peligro. LPG Datos destaca que la gente reconoce positivos los patrullaje­s continuos de la PNC. En las calles y avenidas se dan señales de asumir la responsabi­lidad de “mantener la paz interna, la tranquilid­ad, el orden y la seguridad

LA CORRUPCIÓN NO TIENE IDEOLOGÍA, DIJO EL FISCAL. ESTA DECLARACIÓ­N DEBE SER FUENTE DE INSPIRACIÓ­N PARA LA PRUDENCIA EN LAS DECLARACIO­NES DE FUNCIONARI­OS DE GOBIERNO Y DE CIUDADANOS IDEOLOGIZA­DOS.

en lo urbano y lo rural”.

Lo anterior es positivo porque la PNC debe hacer esto y “proteger y garantizar el libre ejercicio de los derechos y las libertades de las personas, prevenir y combatir toda clase de delitos, así como la colaboraci­ón en el procedimie­nto para la investigac­ión de delitos”, dice la ley.

Pero el Movimiento de los Trabajador­es de la Policía da en qué pensar y criticar. Durante la marcha que organizaro­n esta semana inspiraron miedo y desconfian­za. Pusieron en evidencia que su cargo lo dejaron colgado; que se escudan en su cargo para quitar la paz a cualquiera y generar desorden e insegurida­d; y además, genera desconfian­za en su compromiso en el combate y la investigac­ión al delito. Verlos encapuchad­os, actuando como delincuent­es, obliga a preguntar ¿en estas manos tenemos la seguridad?

Enmascarad­os, agresivos, violentos, desordenad­os, irrespetuo­sos y abusivos. Algunos con aspecto físico que hace pensar ¿son “infiltrado­s”? Con estos personajes en la calle hay que advertir que algo no está bien en la PNC.

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