Escuela se queda con 33 alumnos por amenazas
La escuela se encuentra al centro del cantón y al parecer forma parte de la línea divisoria de dos estructuras criminales.
Las amenazas de grupos terroristas de atentar contra los habitantes del cantón Cangrejera, en Izalco, Sonsonate, obligaron a más de 150 familias a abandonar el lugar y con ello sus hijos tuvieron que dejar la escuela, la cual después de tener más de 300 estudiantes se ha quedado con 33.
Ellos reciben clases en aulas compartidas, en los niveles de primero y noveno grado, siendo atendidos por dos maestros que quedan de los seis que había cuando la situación era normal.
Los dos profesores dan clases en turnos de mañana y tarde, pareciendo la infraestructura desolada en ocasiones, debido a los pocos asistentes que pasan casi inadvertidos.
La población estudiantil forma parte de las pocas familias que aún quedan en el cantón Cangrejera porque no tienen a dónde ir y porque aún no han sido afectadas por los delincuentes.
También las principales calles del cantón lucen desoladas; algunos pobladores salen por necesidad y lo hacen de día, porque la mayoría de casas están cerradas ya que muchos se van a buscar un lugar seguro para residir.
Los dos maestros asignados a la escuela temen que por la falta de estudiantes, para el próximo años el centro escolar sea cerrado por el Ministerio de Educación (MINED), y eso generaría problemas a los alumnos que quedan.
Según la jefatura de la Policía Nacional Civil (PNC), la migración de algunas familias del cantón Cangrejera comenzó en 2014, cuando las pandillas comenzaron a amenazar a los pobladores y con el tiempo el número de gente que se va es mayor, a tal grado que tienen registro de por lo menos 150 familias que ya no están.
Esas familias abandonaron sus terrenos e incluso algunas iglesias evangélicas tuvieron que cerrar sus casas de oración, por temor.
De acuerdo con la PNC, la situación se debe a que el cantón está bajo el control de dos grupos delincuenciales: los de la parte sur amenazan a los de arriba y viceversa. La escuela está en medio de esa disputa, en la que no tiene nada que ver.