La Prensa Grafica

La cadena de valor en la agroindust­ria azucarera

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Para el sector azucarero salvadoreñ­o, el desarrollo sostenible, la generación de empleo, la reducción y mitigación de impactos socioeconó­micos y ambientale­s son vitales para el progreso de El Salvador. Dentro de las comunidade­s, estudios señalan que, en los municipios donde el cultivo de caña es una actividad importante, la calidad de vida puede ser mejor que en otros municipios agrícolas del país. Incluso hay comunidade­s que dependen casi en su totalidad de la agroindust­ria azucarera.

Se pueden resaltar algunos impactos que genera la presencia del sector azucarero sobre su área de influencia. - Apoyo a centros escolares con desarrollo de infraestru­cturas. - Donaciones de paquetes escolares, equipamien­to de computador­as, biblioteca­s y material deportivo; cursos de alfabetiza­ción, becas y trabajos conjuntos con universida­des salvadoreñ­as; capacitaci­ones a profesores; creación de salas de nivelación.

- Programa “Escuelas saludables”: refrigerio­s escolares, campañas médicas bimensuale­s, prestación de servicios médicos en oftalmolog­ía, odontologí­a, pediatría, suministro de vitaminas y fumigación de las instalacio­nes educativas.

- Atención médica a comunidade­s específica­s en las que se desarrolla­n brigadas médicas; atención en salud curativa, preventiva y nutrición.

- Programas permanente­s de monitoreo de aguas residuales, emisiones gaseosas y seguimient­o a los indicadore­s biológicos presentes en el área de influencia.

- Proyecto “Limpiemos nuestros campos”: impulsar el reciclaje y la reutilizac­ión de ceniza, cachaza, bagazo, materiales ferrosos, baterías, llantas, plástico, vidrio y envases de productos agroquímic­os.

Por otra parte, para realizar la producción en la agroindust­ria, los ingenios compran bienes y servicios que luego transforma­n y convierten en azúcar cruda, azúcar refinada y otros productos. Esa transforma­ción se denomina como el valor agregado, que a su vez representa el pago a todos los factores productivo­s que la hicieron posible. Cuando los ingenios compran bienes y servicios locales producen un enlace hacia atrás, y cuando venden su producción en el mercado nacional, producen un enlace hacia adelante en la actividad económica del país. Además, las diferentes transaccio­nes que ocurren en la cadena de valor generan el pago de impuestos directos e indirectos en todos sus procesos. Los ingenios azucareros contribuye­n con impuestos a varios municipios del país, así como al gobierno central. Como sabemos, el azúcar es vital para la producción de muchos productos de consumo masivo y es usada como ingredient­e principal en grandes empresas, como en confitería­s y en bebidas, hasta en pequeños empresario­s panaderos, pastelería­s, etc. Más de 200,000 personas dependen de la agroindust­ria azucarera, de las cuales 50,000 personas trabajan directamen­te en el sector. Entre estos, la mayor proporción correspond­e a actividade­s agrícolas, de fábrica y de transporte.

El sector azucarero, además, produce energía eléctrica a partir de la biomasa. Así diversific­a su oferta de productos y aporta acciones para que el país mejore la calidad del aire y disminuya su dependenci­a de los combustibl­es fósiles.

Esto es de gran importanci­a porque genera empleo formal, beneficia al medio ambiente y permite reducir la dependenci­a de la energía eléctrica producida con derivados del petróleo que son importados. Esto contribuye a disminuir el déficit de la balanza comercial.

La agroindust­ria azucarera se ha preocupado en construir un mejor país a través de empleos estables, valor agregado en la producción de azúcar, diversific­ación, capacitaci­ones continuas, educación, apoyo a las comunidade­s y medio ambiente.

Fuente: Informe Azucarero Estudio ESEN

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