LOS COLOMBIANOS RECHAZARON EL ACUERDO CON FARC
Sorpresivamente y con menos de 57,000 votos de diferencia, el “No” se impuso en el plebiscito sobre los acuerdos de paz. El Gobierno urgió una reunión de emergencia con los partidos políticos.
El rechazo al acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC se impuso ayer por un estrecho margen, en un importante revés para el presidente Juan Manuel Santos, que ordenó mantener el cese al fuego y prometió continuar con su intento de poner fin a una guerra de medio siglo. Con más del 99 % de las mesas escrutadas, el “No” obtuvo el 50.22 % de los votos frente a un 49.77 % de quienes lo apoyaban, una diferencia de poco menos de 57,000 sufragios en una jornada donde votaron más de 13 millones de colombianos. El resultado fue contrario a todos los pronósticos que anticipaban una victoria amplia del “Sí”.
“La mayoría, así sea por una estrechísimo margen, ha dicho que ‘No’. Soy el primero en reconocer ese resultado”, dijo Santos en una alocución televisada el domingo por la noche.
“Soy el garante de la estabilidad de la nación”, añadió tras una jornada en la que hubo también una alta abstención, al participar solo el 37 % de los 35 millones de habilitados.
Santos, el máximo impulsor de los convenios que hace menos de una semana firmó con el jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), convocó a una cumbre de partidos opositores para analizar lo que sigue y ordenó a sus negociadores regresar a Cuba y reunirse con los líderes de la guerrilla.
El jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”, lamentó desde La Habana los resultados (ver nota adjunta).
El conflicto armado con las FARC ha dejado saldo de al menos 220,000 muertos y desplazado a casi ocho millones de colombianos.
El resultado del plebiscito perfila un incierto futuro para el acuerdo de paz firmado una semana atrás frente a líderes de la región y el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
CELEBRACIÓN INESPERADA
Partidarios del “No” festejaron el sorpresivo resultado, aunque aún no se había pronunciado el principal promotor, el expresidente Álvaro Uribe, quien declaró, después de votar la Plaza Bolívar de Bogotá, que “la paz es ilusionante; los textos de La Habana, decepcionantes”.
Los opositores al acuerdo argumentaban que el Gobierno sentaba un mal ejemplo que podrían aprovechar los grupos criminales.
“Este es un golpe fuerte para la gobernabilidad del presidente”, dijo Héctor Riveros, un experto y abogado en comentarios a la cadena Caracol.
Casi 82,000 mesas se habilitaron en Colombia y el extranjero para el plebiscito.
Para fomentar la asistencia, las campañas del “Sí” y del “No” llamaron a las personas a votar. En algunos
lugares se habilitó transporte público y se encontraba vigente la ley seca.
Las elecciones se desarrollaron en completa tranquilidad en todo el país, dijo Luis González, de la Fiscalía General, y en lugares donde los comicios eran más o menos hostigados por la guerrilla, los ciudadanos se manifestaron satisfechos con la calma.
El Ministerio del Interior solo reportó como incidentes el retraso del inicio de las votaciones en 82 mesas de la Guajira, por la tardanza en la llegada de los materiales debido al mal tiempo.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN), la guerrilla que sigue activa y desarrolla conversaciones con el país, anunció que no realizaría acciones ofensivas esta semana para favorecer las votaciones de la población, sobre todo rural.
Muchos lugares en el exterior como Estados Unidos, Venezuela y Europa también abrieron las urnas y, aunque debido a los distintos horarios en algunos lugares estas ya se cerraron, no se darán a conocer los resultados sino hasta que se computen los de todo el país.
Si triunfaba el “Sí”, el acuerdo preveía que las FARC se reinsertarían como partido político. Habrá un mecanismo de verificación y abandono de las armas, con algunas de las cuales se erigirían varios monumentos. Habrá amnistía, pero también se buscará juzgar a los responsables, tanto de la guerrilla como de los demás actores, de las víctimas causadas en la guerra.
El acuerdo de 297 páginas contempla además una mejor distribución de tierra, el combate a las drogas y la sustitución de cultivos ilícitos, la participación política de organizaciones populares y el resarcimiento a las víctimas, entre otros puntos.
Creadas en 1964, las FARC son la guerrilla activa más antigua del continente y cuentan con unos 7,000 insurgentes.
La Mesa de Diálogo para los acuerdos, iniciada en 2012, contó con el impulso de Cuba, Noruega, Venezuela y Chile. Un día antes, como un gesto de buena voluntad, las FARC destruyeron 600 kilos de explosivos y se comprometieron a declarar su activo monetario a fin reparar a las víctimas.