ANEP halló transmisores de audio para espiarle
Con anterioridad habían denunciado a las autoridades acciones que calificaron como acoso político. Una de ellas son las sospechas de que sus llamadas telefónicas estaban intervenidas.
“No lo hacemos por nosotros. Lo hacemos por los ciudadanos, por la democracia en el país. Aquí no es Fort Knox, no es el Pentágono. ¿A quién le pueden interesar nuestras conversaciones privadas?”. LUIS CARDENAL, PRESIDENTE DE LA ANEP
El edificio donde están las oficinas de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) es el nuevo escenario de más denuncias por un supuesto espionaje. El presidente de la asociación, Luis Cardenal, anunció que fueron ayer a la Fiscalía General de la República (FGR) para avisar de manera formal sobre los hallazgos que los motivaron a pensar que, al igual que otras organizaciones, son objeto de espionaje.
Cardenal relató que el sábado encontraron un pequeño aparato escondido en una de las cámaras que usan para la vigilancia interna. Este aparato tenía micrófono, transmisor de alta frecuencia de 900 Megahertz (Mhz, con potencia similar a un radio) y antena con capacidad para enviar señal a 600 metros de distancia (aproximadamente dos cuadras).
El dirigente de la ANEP detalló que con este dispositivo se podía captar sonido e incluso consideraron la posibilidad de que estuvieran captando imágenes. Lo encontraron conectado a la fuente central de energía de la casa donde funciona la ANEP en la colonia San Benito. Cardenal aseguró que un artefacto de esta naturaleza “no es de venta libre”, sino que su compra y uso están reservados para las autoridades.
De hecho, no hay certeza sobre el momento en que pudo estar activo el micrófono con sus transmisores ni cuándo lo instalaron.
Para llevar a cabo la inspección, ANEP contrató a dos empresas especialistas en el tema: una para el “barrido” electrónico y la otra para una búsqueda física.
Al final registraron más hallazgos: en los enchufes de electricidad había cables con señales de haber estado conectados a otros aparatos, pero que ya no tenían mayor propósito de estar ahí.
“Aquí no manejamos ningún tipo de secreto. No hay mucho para que se nos esté espiando”, indicó Cardenal.
Los directores de la ANEP no se aventuraron a atribuir responsa-
bilidades. Dejaron este trabajo en manos de la FGR, que ya tiene conocimiento del caso.
Por otro lado, el presidente de la asociación explicó que con anterioridad habían denunciado a las autoridades acciones que calificaron como acoso político. Una de ellas son las sospechas de que sus llamadas telefónicas, en la sede de la ANEP y en sus teléfonos móviles, estaban intervenidas.
El anterior dirigente de la asociación gremial, Jorge Daboub, incluso llevó a las instituciones una lista de placas de vehículos que lo seguían a él con frecuencia, pero el caso terminó sin solución.
Cardenal narró cómo a él también lo siguieron dos vehículos cuando salía de un evento social junto a su esposa en la colonia Escalón. Los carros los seguían con las luces apagadas, pero después de eso decidió no prestarle mayor atención, por tranquilidad.
“Tal parece que aquí hay un espionaje sistemático. No es casualidad”, enfatizó Cardenal.
Antes de la ANEP, dos entidades más encontraron escondidos en sus oficinas aparatos con funciones para recopilar información.
La Cámara de Comercio e Industria (CAMARASAL) es el caso más reciente. En esa gremial hallaron un micrófono de cuatro centímetros oculto en uno de los enchufes de energía. También dieron aviso a la Fiscalía.
Javier Steiner, presidente de la cámara, comentó ayer que han colaborado con las autoridades en todos los requisitos que les han pedido para resolver el caso, pero que todavía no hay conclusiones.
Otros dos casos fueron el de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES) y la misma FGR, que incluso mencionó drones destinados a la vigilancia de las actividades de la institución.
Cardenal y Steiner lamentaron que, si se comprueba el espionaje, habría varias violaciones a los derechos en el país, como la privacidad y la libertad individual. Indicaron que frente a estas evidencias están “furiosos”.
La Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) también criticó que haya todavía prácticas de esta naturaleza en el país.
En un comunicado, la ASI condenó “la persecución política y los reiterados ataques a la privacidad, la libertad de expresión y el acoso a las organizaciones y gremiales privadas por parte de grupos oscuros enemigos de El Salvador, cuyo accionar es típico en países que viven en el autoritarismo y promueven la represión hacia quienes luchan y trabajan por el desarrollo, la democracia y la libertad”.
Eugenio Chicas, secretario de Comunicaciones de la Presidencia de la República, comentó días atrás que como administración pública no tienen el espionaje como una de sus políticas. Dijo, además, que los micrófonos que han hallado son tecnología que ya fue superada por otros aparatos más modernos.
La gremial de los industriales también consideró que la vigilancia secreta de los empresarios atenta contra las leyes del país. “Son muestra del irrespeto descarado a los derechos humanos, característico del accionar de quienes quieren generar odio entre la empresa privada y la población, para desestabilizar y dañar nuestra sociedad, nuestra economía y el desarrollo”, indicó el comunicado.
El director de la ASI, Jorge Arriaza, dijo que hasta el momento ellos no han encontrado en sus oficinas algún tipo de dispositivo creado para espionaje; sin embargo, se mantienen alertas.
“La ASI pide a la población estar vigilante y condenar este abuso de poder que se convierte en una clara violación a las libertades, al derecho a la intimidad y al derecho de disentir democráticamente, derechos de todos los salvadoreños sin excepción”, concluyó la gremial que representa a la industria.
El espionaje es un delito reconocido en el Código Penal y forma parte de un conjunto más amplio de violaciones a derechos personales.